Toda la historia de la humanidad está dinamizada por la insurgencia de diferentes movimientos sociales. Dos mil años antes de Cristo los hebreos esclavos se organizaron y movilizaron para su liberación de la dominación egipcia. Jesús de Nazaret organizó todo un movimiento social buscando la liberación integral del pueblo judío de la dominación romana y de la cúpula religiosa. Y así, la historia humana está tejida de sistemas de dominación y procesos de liberación.
La industrialización (siglo XIX y parte del siglo XX) despertó movimientos sociales de obreros/as en diferentes partes del mundo. El fracaso de la civilización occidental moderna (segunda mitad del siglo XX) activó movimientos sociales de ecologistas, de mujeres, de pueblos indígenas, de los sin tierras, etc. que exigieron y exigen la satisfacción de sus derechos fundamentales y el respeto de la Madre Tierra.
En la actualidad, emerge una diversidad de movimientos sociales, en los cinco continentes del planeta, demandando otro sistema-mundo sostenible. El común denominador de las y los integrantes de estos movimientos sociales son la vulnerabilidad integral, exclusión e indignación ante un sistema-mundo-capitalista que ha instaurado la civilización del saqueo y muerte en todo el planeta.