Ya es una tradición de la nueva política brasileña –la inaugurada por Lula– privilegiar la relaciones con Argentina, al punto de que la primera visita de cada presidente se hace al país vecino.
Terminó el período en que el besamanos a Washington era la ceremonia de reconocimiento real por el Imperio de los nuevos gobernantes.
El encuentro de Dilma Rousseff con Cristina Fernández de Kirchner representa no solamente la primera vez que los dos países son presididos por mujeres, sino tambien por mujeres que estuvieron, cada una a su manera, en la lucha contra las dictaduras en nuestros países.
Es por lo tanto, antes de todo, una visita simbólica, de reafirmacion de que nunca como en la década que se termina las relaciones entre Brasil y Argentina fueron tan buenas, así como del significado de género y de trayectoria política de dos mujeres latinoamericanas.
El encuentro de Dilma Rousseff con Cristina Fernández de Kirchner representa no solamente la primera vez que los dos países son presididos por mujeres, sino tambien por mujeres que estuvieron, cada una a su manera, en la lucha contra las dictaduras en nuestros países.
Es por lo tanto, antes de todo, una visita simbólica, de reafirmacion de que nunca como en la década que se termina las relaciones entre Brasil y Argentina fueron tan buenas, así como del significado de género y de trayectoria política de dos mujeres latinoamericanas.