24 oct 2010

Argentina logró detener la fuga de capitales en 2010 Por Alejandro Giuffrida

En el período 2006-2009 se fugaron casi u$s44.000 millones del país  La crisis económica mundial dejó al descubierto un funcionamiento del sistema que la Argentina padece en carne propia desde hace unos cuatro años: la fuga de capitales. Un encuentro del Cefid-Ar señaló que "las grandes corporaciones internacionales funcionan a través de los paraísos fiscales".
La crisis económica mundial, entre tantos resabios, dejó al descubierto un funcionamiento del sistema que la Argentina padece en carne propia, principalmente desde hace unos cuatro años: la fuga de capitales. La primera aproximación que se escuchó el pasado viernes en un encuentro que organizó el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid-Ar) fue que "las grandes corporaciones internacionales funcionan a través de los paraísos fiscales".
Y fue justamente el temblor financiero mundial -y el sacar los trapitos al sol- lo que evidenció este panorama que la Argentina denunció repetidamente en foros internacionales.
La segunda aproximación no es para nada menor: lejos de las corruptelas gubernamentales o los tráficos ilegales, la mayor cantidad de fuga está hecha por agentes económicos formales. En ese sentido, durante el encuentro que nucleó a economistas y analistas de la rama heterodoxa de la economía, se señaló que "el país está atrasado en armar las estructuras de un sistema financiero que esté al servicio de un proyecto de industrialización y limite la fuga de dinero".
 En el trabajo recientemente presentado por el Cefid-Ar -Órgano de estudio que conduce el economista Guillermo Wierzba- se advirtió que el total de fuga de capitales en el país para el período 2006-2009 fue de casi 44.000 millones de dólares, "equivalente a cerca del 93% del total de reservas acumuladas por el Banco Central" (casi U$S 47.600 millones a diciembre de 2009).
"Si bien el stock de reservas no disminuyó, la magnitud de su variación resultó seriamente afectada", señalaron los analistas del Cefid-Ar que presentaron este informe, junto al presidente de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo, Héctor Valle; y el economista y docente de la UBA Julio Sevares.
De acuerdo a los datos del primer semestre, la Argentina conserva una capacidad de ahorro próxima al 26% del Producto. Con una  tasa de inversión clavada en estos últimos años en 20 puntos porcentuales, un análisis inicial daría la pauta de un ahorro en el exterior (o, por lo menos, fuera del sistema) del 6% del PBI.
Las estimaciones -más rigurosas, por cierto- del Cefid-Ar, confirman el panorama: "En 2008 la salida de capitales representó un 7% del PBI. Mientras que en 2007 y 2009 tuvo un peso bastante menor, del 3,5 y de 4%, respectivamente, siendo de todos modos significativos".
Y si bien la salida de capitales comienza a registrarse en 2006, el crecimiento más marcado de esta tendencia arranca en 2007. "Desde los 2.939 millones de dólares estimados en 2006, las compras netas del año siguiente fueron calculadas en 8.872 millones de dólares", detalla el estudio.
Pero el salto más fuerte se dio en 2008 cuando "la compra neta de activos externos fue del orden de 23.098 millones de dólares". Coincidió por aquel entonces una ya imparable crisis que iba expandiéndose por los principales centros financieros del mundo con una resistencia patronal del sector agropecuario local a medidas impulsadas por el Ejecutivo.
Ya en 2009 la tendencia comienza a revertirse, con un descenso en la salida de fondos de casi un 40%, para lograr en el segundo trimestre de 2010 detener este proceso de fuga y alcanzar una balanza de pagos con un superávit de 185 millones de dólares.
Sevares, durante su exposición, señaló que el dinero que se fuga "representa una cifra muy grande, sobre todo en relación con lo que se invierte internamente" y advirtió que la situación "está cada vez más complicada", dado que "el volumen de flujo de capitales en el mundo crece y no hay nada que haga pensar que se van a agudizar los controles ni el establecimiento de normas contables".
El origen. "Si se quisiera encontrar el origen de los activos que se fugaron se debe recurrir al Balance Comercial", advierte el informe que fue presentado por los investigadores del Cefid-Ar, ante otros economistas y analistas. Y si se hace un particular énfasis sobre la fuente que explica la fuga es porque resulta bastante clarificador del síntoma en esta tradición de fuga de capitales que tiene el país.
"Las divisas provenientes del importante superávit comercial del periodo (2006-2009) no se fueron acumulando en el Banco Central, sino que pasaron a reforzar los stocks de los activos externos privados no financieros", explica el informe que lleva la firma del economista Jorge Gaggero.
En otras palabras, el origen de las divisas que salieron del sistema tiene que buscarse en el mismo sector privado, que dejó de venderlas al Central, para pasar a fugarlas.
De allí que el informe precise que si se realiza un análisis para el periodo 2007-2009 equivalente al realizado para las reservas se observa que la fuga "equivalió a casi el 80% de los activos externos generados por la balanza comercial".
En todo caso, la ruptura de este continuo de fuga de capitales que tiene la Argentina radica en la financiación de esa salida de fondos. Durante este período en análisis fue financiada, mayormente, con superávit comercial y, por lo tanto, "no afectó considerablemente los depósitos de las instituciones financieras", detalla Romina Kupelian, otra de las investigadoras del Cefid-Ar que presentó este estudio.
En el pasado, las salidas de capital, al ser financiadas por el Central, afectaban de forma directa a los agregados monetarios; en cambio, "como en el presente se financian con el superávit comercial, las divisas excedentes atenúan los impactos", afirma la economista que participó de este documento de trabajo.
http://www.elargentino.com/nota-111521-medios-121-Argentina-logro-detener-la-fuga-de-capitales-en-2010.html