28 feb 2010

Argentina, Santa Fe: Reutemann, “la reserva moral del país”

Esa fue la forma en que el diputado nacional por Santa Fe Federal, Daniel Germano, definió a su líder político Carlos Alberto Reutemann. Ante tamaño título, vale preguntarse por las acciones políticas que lo llevaron a conseguirlo. Entre sus aventuras más conocidas, se cuentan la privatización del Banco de Santa Fe, las muertes en el Diciembre de 2001 y las inundaciones en la capital provincial. Pero hay más, para quien guste saber.
Germano (1) no tuvo una reacción aislada. Los grandes medios de comunicación parecen ávidos de instalar al ex gobernador de Santa Fe como figura presidenciable para 2011. Y “el Lole” no se queda atrás, ya que subido al caballito mediático, las pocas veces que habla públicamente genera escándalos. De hecho, la frase de su diputado fue una de las tantas consecuencias de otra suya no menos feliz: "Los argentinos vamos a estar contentos con tal de que cuando se vayan en 2011 no se hayan afanado la Casa Rosada y la Plaza de Mayo", en referencia a la presidenta, Cris
tina Fernández, y su marido, Néstor Kirchner, aunque después intentó desmentirlo diciendo que se refería al líder de la CGT, Hugo Moyano.

Ahora resulta que Reutemann es la reserva moral del país. Y más allá del primer impulso a pensar “¿y entonces qué le queda al resto?”, cabe preguntarse acerca de si su acción de gobierno amerita tamaño título.

Sus comienzos

Luego de abandonar su carrera deportiva como corredor de Fórmula 1, y con todos los aportes que eso le brindaba como estrella de la farándula, el Lole inicia su actividad política en el Partido Justicialista. De la mano del entonces presidente Carlos Saúl Menem, llega al cargo de gobernador de la provincia de Santa Fe en 1991, puesto que ocupará hasta 1995.

En aquellos primeros años de fiesta menemista, Reutemann apadrinó políticamente, entre otros, a Jorge Massat, intendente por 6 años de Villa Ocampo y luego Senador Nacional en 1993, hasta el 2000, en que tuvo que renunciar a su banca por denuncias de evasión impositiva, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. (2)

En su pueblo de origen se generó otro de los grandes escándalos de la época: los millones destinados en subsidios al Ingenio Arno, supuestamente para salvar la fuente de trabajo de los habitantes de Villa Ocampo y que fueron malversados. Todo eso, más la estrecha asociación de Reutemann, Massat y el ex ministro del Interior de Menem y luego empresario de medios José Luis Manzano, para controlar la prensa santafesina en su favor, han sido largamente investigados por la justicia y por el periodismo. (3)

Como senador, Massat fue uno de los integrantes de la Comisión Bicameral de Reforma del Estado y de Seguimiento de las Privatizaciones, a través de la que convalidó el 78 por ciento de las renegociaciones de las concesiones que hizo el estado nacional entre 1990 y 1999. Cuando Massat fue acorralado por la justicia, el Lole se lavó las manos y abandonó a su ahijado político.

Por esa misma época y también gracias a los buenos negocios que las grandes financieras hacían con el menemismo, Reutemann entabló relación con los hermanos Rohm, José y Carlos, presidente y vice del Banco General de Negocios (BGN). El largo prontuario (4) de estos banqueros incluye la intermediación en buena parte de las privatizaciones llevadas a cabo durante los 90, acciones en importantes empresas productoras de artículos de consumo masivo (como Química Estrella y Compañía General de Alimentos, cuyo presidente es José Alfredo Martínez de Hoz), su implicación en el escándalo IBM-Banco Nación y, llegando a nuestra provincia, la compra del 90% de las acciones del Banco de Santa Fe en 1998. Hoy, uno de ellos está preso y el otro prófugo, luego de la caída del BGN.

Si bien la venta del banco provincial se efectivizó durante la primera gobernación de Jorge Obeid, Reutemann, desde su banca de Senador Nacional, seguía manejando los hilos de la política provincial. No podía ser de otra forma ya que la Constitución santafesina impide la ejecución de dos mandatos consecutivos a los gobernadores.

Al respecto, hubo declaraciones a la prensa local de actuales funcionarios en las que explicaban la relación del reutemismo con los Rohm. “El 24 de mayo de 1994 con la firma de Reutemann y (el ex ministro de Hacienda, Juan Carlos) Mercier cursó un pedido al Banco Central para privatizar el Banco Provincial de Santa Fe. Y el 2 de junio del mismo año, si mal no recuerdo la fecha, el Banco Central autorizó una mayor capitalización, la refuncionalización y la privatización del Banco de Santa Fe. Después, hubo una reunión entre Reutemann y los hermanos Rohm, en la que participaron (el ex presidente) Menem, Rockefeller y Cavallo, que llegó a los postres, en la que también se habló de la privatización de la EPE”, fue lo que declaró a Rosario/12 el Ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti(5). Según el funcionario, la privatización salió "con la anuencia de los dos sectores: el reutemismo y el obeidismo. Y a esto lo dice (Rubén) Mehahuod, que presidió la Cámara de Diputados en representación del Partido Justicialista cuando se privatizó el Banco”. Bonfatti reconoce que la privatización se concretó durante el gobierno de Obeid, pero sostiene que se hizo “con los votos de los legisladores de Reutemann y él pidió permiso previamente (al Banco Central) para privatizarlo”.

Otra privatización escandalosa, fue la de la Dirección Provincial de Obras Sanitarias (DIPOS), convertida en Aguas Provinciales. Incumplimientos varios fue la clave de la gestión privada: los trabajadores despedidos a través de un “retiro voluntario” en 1995 a cambio de participar en el manejo del diez por ciento de las acciones por el capital y por las ganancias de la empresa a constituir, seguían sin recibir nada en 2001; obras de cloacas y desagües sin realizar; mala calidad del agua en buena parte de la provincia; incrementos de precios del servicio y varios etcéteras son los que enumera el periodista Carlos del Frade en un artículo al respecto. (6)

“Reutemann tiene predilección por los genocidas”

Esa fue la frase que el artista y militante de los derechos humanos, Rubén Naranjo, eligió para titular un artículo (7) escrito en 1992 que daba cuenta de los nombramientos de ex militares, agentes de inteligencia, o funcionarios dictatoriales en su gabinete. Allí, Naranjo hace eje en el nombramiento del teniente coronel (RE) Rodolfo Riegé como subsecretario de Seguridad Pública del gobierno de Reutemann y enumera su frondoso prontuario como funcionario de la última dictadura militar. “En Santa Fe la sorpresa de la designación de Riegé se diluyó porque otros funcionarios de la última dictadura militar también fueron convocados por el ex fórmula 1 Carlos Reutemann, para administrar la provincia. El ministro de Hacienda y Finanzas, contador Juan Carlos Mercier, desempeñó el mismo cargo en el último tramo de aquel gobierno”, relata Naranjo.

Quien se explaya en este tema de las designaciones de personajes vinculados a la dictadura en el gobierno de Reutemann y, además, de sus relaciones con el poder económico es el periodista Carlos del Frade. En un artículo titulado “Reutemann atrasa veinte años” (8), explica que José María Candiotti y Juan Carlos Mercier fueron parte del directorio del Banco Provincial de Santa Fe durante el último gobierno de facto. Ambos cumplieron, también, la función de ministros de Hacienda y Economía de la provincia de Santa Fe, en distintas etapas en el último tramo de la dictadura. “La dupla Candiotti - Mercier, ya sea desde el Ministerio de Hacienda o desde la cúpula del Banco Provincial, asistió al derrumbe del aparato productivo provincial, se cerraron 1.464 establecimientos industriales de más de 25 personas y se despidieron 317.488 trabajadores en todo el territorio santafesino”, sostiene Del Frade. Como ya se dijo, Mercier fue el ministro de Hacienda de Reutemann. Y Candiotti fue nombrado presidente del directorio del, ahora, Nuevo Banco de Santa Fe.

Lógicamente, todo lo enumerado hasta aquí y lo que vino después sólo pudo realizarse si se contaba con un buen entramado, fundamentalmente judicial, que le garantizara impunidad a Reutemann y sus funcionarios. Ahí es donde entra en juego el poder judicial, entrelazado con los resabios de la dictadura y el poder político del momento.

Un caso emblemático fue el nombramiento del ahora ex juez federal Víctor Hermes Brusa en 1992, con Menem en el ejecutivo nacional y Reutemann en el provincial. Brusa fue destituido en el 2000 por el Consejo de la Magistratura, luego de que se comprobara que había atropellado a un bañista con su lancha en la laguna de Setúbal (9), escapó, acusó a otra persona y luego quiso intervenir en el desarrollo de la causa. El ex juez había sido, también, funcionario judicial durante la dictadura, participó de interrogatorios a detenidos políticos y, gracias a la persecusión del juez español Baltazar Garzón, fue condenado a 21 años de prisión el 22 de diciembre de 2009, junto a otros torturadores, en el primer juicio contra represores en la provincia de Santa Fe (10). La condena fue por delitos de apremios ilegales, tormentos y privación ilegítima de la libertad, en el marco de un plan sistemático y generalizado de represión por parte del Estado, lo que los transforma en delitos de lesa humanidad, según dispuso el tribunal que lo condenó.

A esto se suma la gran jugada reutemista: el nombramiento de una Corte Suprema de Justicia provincial adicta, a imagen y semejanza de lo que hizo Menem a nivel nacional. Numerosos organismos de derechos humanos, asociaciones sindicales y partidos políticos han denunciado el accionar de lo que llamaron “La Corte de la Suprema Impunidad en Santa Fe” (11). Ésta estaba integrada por amigos, familiares, miembros del Opus Dei y ex funcionarios de los gobiernos de Reutemann, que impidieron el avance de cualquier causa contra el ex gobernador.

Diciembre de 2001 e inundación de Santa Fe

Reutemann terminó su primera gestión en 1995. Previo paso por la Convención Constituyente de 1994, es electo senador hasta 2001, mandato que no termina por haber ganado las elecciones de 1999 para cumplir un nuevo período como gobernador, hasta diciembre de 2003.

Ya en su segundo mandato, Reutemann nombró a Enrique Álvarez como Secretario de Seguridad. Éste hombre “formó y forma parte de la SIDE desde marzo de 1976”, afirmó Gustavo Martínez (12), Secretario Adjunto de ATE Rosario e integrante de la Comisión Investigadora No Gubernamental de la Masacre de Diciembre de 2001.

Aquella masacre fue uno de los puntos más importantes del segundo gobierno del ex Fórmula 1. Fue en Santa Fe donde hubo la mayor cantidad de víctimas fatales por la represión de la protesta social en todo el país. Siete en total en la ciudad capital, Rosario y Villa Gobernador Gálvez. Todas ellas impunes, fundamentalmente, desde una perspectiva política, más allá de lo legal. Ningún responsable político fue juzgado. “No di orden de matar a nadie”, fue el argumento de Reutemann ante los asesinatos descarados. Por esta y otras lavadas de manos fue que Martínez le impuso el nombre de “Poncio Piloto”. (13)

La otra masacre emblemática fue la inundación de la ciudad de Santa Fe en abril de 2003. Según un informe del Departamento de Medio Ambiente del ARI (14) elaborado por Jorge Giles y la bióloga Silvina Gutiérrez, el saldo que dejó aquella inundación fue de 23 muertos, 28 mil viviendas afectadas y 75 mil personas evacuadas, entre otros datos. Ese informe atribuye la responsabilidad del desastre a la suspensión del “sistema de monitoreo en tiempo real” del Río Salado, con el cual podría haberse alertado a la población sobre la crecida que se venía.

Varias fuentes señalan que las autoridades municipales y provinciales tenían información sobre la fuerte crecida del Salado que inundó Santa Fe. Sin embargo, los funcionarios dijeron que no lo sabían y que fue un desastre de la naturaleza. Desde la Fundación Proteger (15), por ejemplo, sostienen que “si el intendente Marcelo Álvarez (PJ) no tenía la información de lo que iba a suceder es un irresponsable total y si, como se supone, la información estaba y no se avisó a la gente, se trata de una irresponsabilidad rayana en lo criminal”. Casualmente, los ejecutivos provincial y municipal estaban sumergidos en plena etapa electoral.

La gestión reutemista no sólo está acusada de no haber avisado. También lo está de haber inaugurado obras que, supuestamente, mejorarían la situación hídrica de la ciudad cuando, al momento de la inundación, sólo complicaron más: la ciudad llegó a tener un nivel de agua superior al del río. Por eso, damnificados del desastre iniciaron causas judiciales (16) contra Reutemann y sus ministros de Obras Públicas, Edgardo Berli y de Gobierno, Carlos Carranza, además del intendente de la capital provincial, Marcelo Alvarez. Los cargos fueron los presuntos delitos de "homicidio calificado por su función, en grado de dolo eventual; desaparición de personas, abandono de personas y violación constitucional de libre reunión". La causa avanzó y llegó hasta la Corte Suprema de la Nación (17), que cerró el círculo de impunidad impidiendo incluso que Reutemann declare. Los únicos procesados fueron Berli, Álvarez y el ex director de Hidráulica, Ricardo Fratti.

Y sin embargo...

Todas las aventuras y los cargos obtenidos por el ex piloto y, en general, por el PJ de la provincia, están enmarcados en un sistema electoral que imperó hasta las elecciones del 2007: la Ley de Lemas. Ésta permitió que, aún con pocos votos, el reutemismo ganara elección tras elección. No es casual que los primeros comicios que se realizaron sin esa legislación las ganara su oposición y actual gestión, el Frente Progresista, Cívico y Social.

Cabe recordar el desprecio de Reutemann por la educación (18), con “escuelas charter”, demoras en el envío de dinero y bajos sueldos docentes de por medio, incluída la rebaja del 13% en los salarios (que también afectó a los estatales); de sus incrementos patrimoniales sin justificar y sus cuentas en Suiza “olvidadas” por su contador; de sus relaciones con la Iglesia santafesina y con el Monseñor Edgardo Storni (19), condenado a 8 años de prisión por abuso sexual; entre otros aspectos de su vida política.

A pesar de las investigaciones periodísticas y judiciales, Carlos Alberto Reutemann sigue siendo uno de los "presidenciables" para los grandes medios de comunicación. Los mismos que han trasparentado su capacidad de impulsar y consolidar procesos políticos encabezados por los sectores más retrógrados de la política nacional.

¿Qué será del futuro de la Argentina si Reutemann es la reserva moral del país?

Notas:

Foto 1: Argentina, Política – Otros tiempos el senador Reutemann junto al entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner. / Autor: Presidencia de la Nación
Foto 2: Argentina, Política - Los senadores Reutemann y Menem reunidos en la presentación de Peronismo Federal. / Autor: Patricio Pidal - INDYMEDIA