21 ago 2009

Caras de la ocupación Yanqui Por Ángel Guerra Cabrera

Las siete bases militares de Estados Unidos en Colombia constituyen nodos indispensables de un vasto y flexible repertorio continental de opciones e instrumentos para ampliar y reforzar el control militar territorial de la potencia del norte sobre América Latina y sus recursos naturales.Las bases actuarán como centros de “comando y control” o de inteligencia en unos casos; en otros, como el aeródromo militar de Palanqueros, proporcionarán pistas a los grandes aviones de trasporte de tropas y los bombarderos para actuar con la mayor celeridad en todo el territorio de América del sur sin reabastecerse de combustible. Con la entrega de esa facilidad Uribe permite a Washington suplir con creces la pérdida de Manta, de donde fue desalojada por la digna decisión del presidente Correa. En el área de América Central y el Caribe tiene un papel estratégico la base de Palmerola, también conocida como Soto Cano, de sospechoso papel en el golpe militar contra el presidente Zelaya.
La entrega de las bases de Colombia podría calificarse de un acto de alta traición a América Latina si Uribe no fuera desde hace tiempo el político más genuflexo y servil a Estados Unidos en la región, que es mucho decir. Es muy gráfico cómo mientras el gobierno ecuatoriano saca un puñal del costillar latinoamericano, Uribe le clava siete. Lo que sí no hay duda es que la condición de hombres o mujeres patriotas y dignos de los presidentes latinoamericanos de esta época dependerá de su inequívoco, firme, combativo y explícito rechazo al emplazamiento de esas bases. En cuanto a los movimientos populares de América latina, hoy no existe tarea más importante que iniciar sin pérdida de tiempo un gran movimiento para expulsar las bases yanquis, viejas y nuevas, de la Patria Grande.
http://www.argenpress.info/2009/08/caras-de-la-ocupacion-yanqui.html