29 ago 2010

“Es más difícil hacer periodismo en un barrio que en un gran diario” Por Florencia Halfon y Laksman

Hay 42 medios gráficos barriales inscriptos en el registro de la ciudad
Tiempo Argentino reunió a un grupo de directores de publicaciones zonales para que cuenten la experiencia de sacar un periódico vecinal. Se quejan de las dificultades para entrevistar a los funcionarios del gobierno porteño.  Sienten devoción por los barrios donde viven y trabajan en los bares de la zona. Conocen sus recovecos y a los vecinos mejor que la palma de su mano, pero su prioridad no es sacarle a eso un rédito económico. Tiempo Argentino reunió a un grupo de directores de periódicos vecinales porteños, en la recuperada Gráfica Patricios.
Allí hablaron de las ventajas y desventajas de haberse convertido en hombres-orquesta, reclamaron que el gobierno porteño no les da entrevistas y buscaron diferenciarse de los dueños de medios nacionales: “Es más difícil escribir en un medio zonal que en un gran diario.”
La frase podría haberse escuchado en boca de cualquiera de los presentes, pero estuvo a cargo de Horacio Spalletti, director de Sur Capitalino, un periódico que se ocupa, desde hace 19 años, de informar sobre temas políticos y sociales del ámbito porteño. Y argumentó: “Tenemos que intentar que una nota al director de un colegio del barrio sea atractiva e interesante, tal como lo sería entrevistar al director del Nacional Buenos Aires. Aspiro a desterrar el mito de que nos tenemos que ocupar de la caca del perro. Hay millones de temas a los cuales darles bola.”
Gabriel Santagata lleva diez años a cargo de Alerta Militante, que informa sobre los barrios de San Telmo, Constitución, Monserrat y Puerto Madero. Como su colega, Santagata advirtió: “Los barrios parecen grandes pero nos conocemos todos. Debemos tener cuidado con lo que escribimos, porque después nos cruzamos con nuestros entrevistados.”
La Ciudad de Buenos Aires tiene 42 medios gráficos inscriptos en el Registro de Medios Vecinales de la Secretaría de Comunicación porteña. Están enmarcados en la Ley 2.587 y su decreto reglamentario. “Hubo un antes y un después de la ley, en 2002 –explicó Spalletti–. Permitió que accediéramos a la pauta oficial e implicó un salto de calidad.” Leandro Querido, coordinador del registro, detalló que cada medio gráfico recibe $ 3041 al mes por publicidad del gobierno porteño, calculados a partir de los precios de las pautas de la página 7 del diario Clarín.
El Barrio Villa Pueyrredón es el periódico que comanda Ignacio Di Toma Mues, quien opinó: “Si no existiera la ley, el gobierno porteño nunca hubiera pagado por publicidad en un medio barrial. Pocas autoridades reconocen la importancia de darnos una nota. Lograr la palabra de un ministro cuesta muchísimo.” Santagata se sumó al reclamo: “Deberían dar conferencias de prensa, como lo establece la ordenanza. A veces inauguran cosas en el barrio y nos enteramos al día siguiente.”
El punto sobre el cual no todos coincidieron fue el modo en que eligen su sumario de temas. “El propósito inicial debe ser brindarle un servicio al barrio”, apuntó Mario Belocchio, quien sacó su medio, Desde Boedo, en plena crisis de 2001. “Podés escribir sobre algunos funcionarios, pero siempre hay que focalizar”, señaló.
Víctor Pais, director de Tras Cartón, periódico que lleva 17 años en La Paternal, expuso: “Es necesario buscar un equilibrio. Nosotros tratamos cosas del barrio, y en eso somos insustituibles. Pero también opinamos sobre temas de la ciudad o nacionales, porque nuestra mirada no es la misma que la de los grandes medios.” Para Luis Alberto Serres, dueño y editor de Mi Barrio –sobre Devoto, Liniers y Villa Luro– “eso depende de la idiosincrasia (de cada zona). Cuando hago notas políticas, me dicen que me estoy transformando en un medio igual a todos, entonces no sé si cambiar el rumbo.” El resto de los editores consideró importante no hacer “abeleísmo” o populismo vecinal. “Hago las notas que me gustaría leer y seriamente. No me interesa si al vecino le gusta o no”, aseguró Di Toma Mues, y Spalletti apoyó: “Esto es porque son medios gratuitos, no tenemos que pensar en una tapa vendedora. Es fantástico eso, alcanza con el criterio editorial.” Cuando Claudio Serrentino, director de La Bocina de Floresta y Monte Castro, escuchó esa descripción, se le dibujó una sonrisa: “Es una libertad hermosa, porque somos un poco canillitas, un poco diseñadores gráficos, un poco vendedores de publicidad y otro poco periodistas”, celebró.
Rafael Sabini Ferreira, editor de la revista El Abasto, recordó: “Hace unos años, tuvimos un problema con el registro, estuvimos por cerrar y quería irme del país. Pero los vecinos se preocuparon tanto que me ofrecían avisos publicitarios. Eso me devolvió las ganas de quedarme.” Reinaldo Acebedo, de Agenda Parque Patricios, compartió la reivindicación: “Hoy los barrios tienen más habitantes que la Buenos Aires revolucionaria que conmovió a América Latina. Yo creo que los grandes héroes están ahí, en esos barrios.”
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