20 jul 2010

La CGT y la CTA buscan frenar lobby de la UIA contra las leyes pro empleo Por Ignacio Chausis

La entidad fabril quiere sabotear iniciativas que apuntan a mejorar la situación de los trabajadores



José De Mendiguren dijo que sólo pretenden conversar con los legisladores y negó presiones. Las entidades gremiales advierten que la Unión Industrial quiere retomar la legislación de los años ’90 y fomentar la precarización.
  La Unión Industrial Argentina (UIA) puso en marcha desde la semana pasada su estrategia de lobby parlamentario para frenar el avance en el tratamiento de la legislación laboral propuesta por el diputado Héctor Recalde, quien además preside la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara Baja. En este sentido, el primer paso de la central fabril fue enviar solicitudes de entrevistas personales con legisladores provenientes de todo el arco político, entre los que se encuentran el diputado Agustín Rossi (Frente para la Victoria), y los senadores Ernesto Sanz (Unión Cívica Radical) y Miguel Angel Pichetto (Frente para la Victoria).
Los industriales pretenden de este modo transmitir a los legisladores la “preocupación” de los empresarios ante lo que entienden como el avance de una legislación que crearía “incertidumbre y frenaría las inversiones”. Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) rechazaron la estrategia empresarial. En diálogo con Tiempo Argentino, el diputado nacional y miembro del actual consejo directivo de la central obrera, Omar Plaini, aseguró que le causó sorpresa la visita de los empresarios a los legisladores.
“Lo más correcto hubiese sido que primero se junten con nosotros, los legisladores de extracción obrera. Hasta ahora no ha habido ningún avance que pueda preocupar al sector empresarial. Me llama la atención esto de enviarle notas a los legisladores, porque hasta ahora toda la legislación propuesta por Recalde va en dirección a fomentar lo que la Organización Internacional del Trabajo entiende por trabajo decente”, afirmó Plaini.
Horacio Ghilini, también integrante del consejo directivo de la CGT, fue más cauto pero no menos firme en cuanto a la defensa de las leyes que benefician a los trabajadores. “Desde luego que los directivos de la UIA están en todo su derecho de realizar visitas parlamentarias y brindar a los legisladores su punto de vista”. Sin embargo aclaró que “desde la CGT creemos que en un momento de reactivación económica como este, la generación de empleo no hay que basarla en la precarización. En líneas generales sostenemos que los derechos de los trabajadores no pueden ser argumentos para la pérdida de empleo.”
Por su parte, el secretario de la UIA José de Mendiguren indicó a este diario que las visitas de los industriales a los legisladores constituyen un “aporte” al debate relacionado a crear las mejores condiciones para la inversión en el país. “El país está viviendo un gran momento económico pero hay cosas que hacen ruido, como el tema de estas leyes laborales, por la incertidumbre que traen. La mayoría de ellas, más que bregar por la defensa de los derechos del trabajador, provocan incertidumbre, aumentan en forma tremenda la litigiosidad, con un impacto enorme sobre las pequeñas y medianas industrias”, aseguró el empresario. Entre los proyectos de ley que rechazan los industriales y que están en estudio en las comisiones de Legislación del Trabajo y Presupuesto y Hacienda, se destacan aquella que propone una indemnización por parte de la empresa cuando el trabajador sufre un robo en un radio de 100 metros del cajero automático donde extrajo su salario, y la obligación del empleador a preferir, en igualdad de condiciones, a trabajadores del establecimiento para cubrir cargos superiores. También desde la Central de Trabajadores Argentinos hubo críticas dirigidas hacia la UIA. “Es lamentable, una actitud corporativa que se construyó a lo largo de muchos años, donde las políticas del neoliberalismo les aseguraron siempre ser los dueños de la última palabra. Es una especie de constante en la discusión social en la Argentina, hay que tratar de cambiar eso para poder empezar a hablar de modelos distributivos mas justos”, concluyó Hugo Yasky. <
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