25 jun 2010

La Presidenta defendió el rol de los Estados en la recuperación de la economía global al exponer en un foro de trabajadores en Vancouver jueves, 24 de junio de 2010


En el inicio de su exposición, la Presidenta recordó que el modelo de desarrollo puesto en marcha en el país a partir de 2003 "a muchos les pareció un mero ejercicio teórico", pero hoy, a 7 años de su implementación, ha arrojado resultados positivos al sacar a la nación de una profunda crisis y al mejorar las condiciones de vida de millones de argentinos, afectados por las políticas de desinversión de los años 90. Por otra parte, Cristina Fernández advirtió que "desde Argentina estamos viendo un escenario muy parecido al que vivió mi país en 2001, cuando implosionó el sistema económico y se defaulteó la deuda", en algunos países de la Eurozona afectados por la crisis internacional de los mercados financieros.
Al respecto, la Mandataria recordó que en nuestro país, la crisis de 2001 "había sido precedida de políticas de ajustes muy similares a las que hoy se están aplicando en la Eurozona" y que incluían "la vieja receta" que indica que "son los trabajadores, que no fueron invitados a la fiesta, los que tienen que hacerse cargo de la cuenta de los sectores financieros". En ese marco, Cristina Fernández memoró también que en Argentina "se ensayaron reformas de flexibilización laboral, algunas en un marco escandaloso de corrupción estatal, además de reducción de salarios, jubilaciones y pensiones", que agravaron la situación del país, en lugar de aliviarla.
"¿Cuál fue el resultado? ¿Hubo alguna mejora? No", enfatizó la Presidenta. Y agregó: "Al contrario, la crisis se aceleró, se precipitaron los hechos y Argentina cayó aún más en su PBI y, como no podía ser de otra manera, se vio imposibilitada de pagar su deuda y se declaró el default".
"Es un ejemplo que debieran tomar, no solamente los países, sino los organismos multilaterales de crédito y políticos, y el G-20 a la hora de adoptar soluciones y atacar el problema" generado por la crisis financiera, aconsejó la Jefa de Estado.
Por eso, recordó que durante la gestión de quien la precedió en el cargo, el ex presidente Néstor Kirchner, "propusimos reestructurar la deuda soberana en base a las necesidades del país y no a en base a un ajuste que sea pagado por los trabajadores, con caída del consumo popular", porque "el aumento del consumo iba a generar crecimiento del PBI que finalmente permitiera hacer honor a los compromisos adquiridos".
Señaló entonces que el ex presidente Kirchner dijo en aquel momento ante foros internacionales que "ningún muerto paga sus deudas, los únicos que pagan las deudas son los vivos", y bajo esa premisa se encaró la recuperación y finalmente el proceso de regulación de la situación financiera externa.
Pero, agregó, para poder llevar adelante esas transformaciones fue necesaria una fuerte "presencia del Estado en materia de inversión y gasto público, que siguiera dando sostenimiento a la economía y que interviniera fuertemente porque el mercado no es un buen asignador de recursos". "Esa es una responsabilidad ineludible por parte del Estado", remarcó.
Entonces, la Presidenta señaló que "luego de 7 años, la Argentina, que había defaulteado la deuda soberana más importante de la historia, acaba este martes de reestructurar el 92,4% de esa deuda, quedando afuera únicamente los fondos buitres, y ha hecho honor a todos y cada uno de los compromisos que contrajo".
Luego, describió el marco social en el que se desarrolló ese proceso de reparación: se ha recuperado el poder adquisitivo de los trabajadores siendo el salario mínimo vital y móvil de la Argentina, hoy el más importante de toda América Latina; se han celebrado más de 2 mil convenciones colectivas de trabajo, donde libremente trabajadores y empresarios han negociado los salarios; se han puesto los recursos de los trabajadores a disposición de la economía real con la reestatización de los fondos de jubilación y pensión.
Por otra parte, sostuvo que "tenemos que clausurar una etapa del capitalismo donde se creyó que el dinero generaba dinero por sí mismo sin necesidad de pasar por el circuito de producción de cosas vienen y servicios". Y también cerrar el proceso de "desarrollo desigualitario entre norte y sur". "Se debe comenzar a revertir eso para volver a retornar a la senda del crecimiento", aseveró la Mandataria.
También recordó que "el país hizo frente a la crisis prácticamente sin modificar su tasa de desempleo, y con instrumentos heterodoxos, porque nunca los problemas son iguales y nunca las sectores son iguales".
En ese período, "mi obsesión era mantener el vínculo laboral, evitar que llegue el telegrama de despido", admitió la Jefa de Estado, quien señaló inmediatamente que "un puesto de trabajo, se destruye en pocos segundos, pero reconstruir ese puesto de trabajo cuesta mucho más tiempo".
También resaltó la creación de la Asignación Universal por Hijo para aquellos trabajadores que no tienen empleo o aquellos que teniéndolo no tienen el mínimo vital y móvil". "Eso también que significó un fuerte incremento de la actividad económica", señaló Cristina Fernández. Y agregó: "fuimos, junto a China, los dos países que más medidas de carácter fiscal tomamos frente a la crisis".
Por eso, dijo que "sin el ánimo de presentarnos como modelos, porque nunca hemos creído en los modelos trasplantados acríticamente de una sociedad a otro", los países con problemas con sus deuda soberana "no deberían aplicar políticas de ajuste ni colocar a los trabajadores como variable de ajuste y sujeto de castigo". "Es una receta absolutamente equivocada, desacertada y a contrapelo de la historia, las políticas de ajuste no van a hacer más que agravar las situaciones", aseveró.
"La idea que queremos llevar - continuó la Mandataria - es la necesidad de una presencia de un Estado que intervenga activamente en las políticas contracíclicas y que, al mismo tiempo, comience una regulación a fondo del movimiento de capitales internacionales", a los que consideró como "una de las causas de la crisis que hoy vivimos". Y además, sostuvo que "es necesario reformular los organismos de gobierno global" porque "hoy seguimos manejándonos con los mismos instrumentos en las política y lo económica del año 1945, de la posguerra".
"Es necesario una reformulación a fondo de esos organismos multilaterales que dé respuesta a esta crisis global que amenaza con profundizarse" y "no sabemos cuáles serán las consecuencias si esto se profundiza", advirtió la Jefa de Estado. Y agregó: "no hay solo modelo para poder abordar con profundidad la crisis, pero son muchos los elementos que debe ser tomados en cuenta para entender que es imposible dar una respuesta con lo que se está viendo ahora arriba de la mesa: el ajuste".
Para la Presidenta, es necesario "alentar la demanda agregada", "generar más y mejor empleo" y "controlar el movimiento especulativo de capitales para que los sectores financieros que han sido fondeados con cifras multimillonarias vuelquen parte de esos recursos al financiamiento de la producción y los servicios"
"Nos costó mucho en estos 7 años obtener los resultados que hemos obtenidos en Argentina, pero falta mucho. Mientras haya un pobre, un argentino que no haya conseguido un trabajo decente y registrado, queda camino por andar", concluyó la Mandataria.

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN,  CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL CONGRESO DE LA CONFEDERACIÓN SINDICAL INTERNACIONAL (CSI), EN EL "HOTEL PAN PACIFIC VANCOUVER",  EN VANCOUVER, CANADÁ.
  Muy buenas tardes a todos y a todas; señora presidenta de la Confederación Intersindical Internacional, querida compañera Sara Barrows; secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Guy Rider; señores y señoras delegados de cientos de países de nuestro mundo: en primer término, agradecer, en nombre de mi país, la Argentina, la deferencia por parte de la CSI de invitarme a la clausura de este congreso de delegado de todo el mundo.
 
Sara recién recordaba mis palabras en Ginebra, el año pasado, ya desatada la crisis y cuáles eran los instrumentos y cuáles era nuestro concepto de cómo debía abordarse esta crisis inédita financiera, económica, social, pero fundamentalmente política y cultural, la más grande que se recuerde desde 1930.
 
Y yo hace unos instantes recordaba tambièn otro momento en Ginebra, que fue cuando conocí a Guy Rider y que fue cuando fui invitada a la Convención Anual del año 2007. Allí asistió Guy en representación de los trabajadores, el entonces presidente de la Confederación de Empresarios Españoles, José María Cuevas, e invitaron a quien le habla, en ese momento senadora de la República Argentina, como la tercera pata de lo que es la negociación colectiva Estado o política, trabajadores y empresarios. En aquel momento planteé lo que había sido nuestro modelo de desarrollo, a partir del año 2003, y tal vez a muchos les haya parecido un mero ejercicio teórico. Pero a la luz de la crisis que se ha desatado y que hoy ha corrido su epicentro, del año 2008, con Lehman Brothers a Europa con fuertes políticas de ajuste, debemos decir que desde la Argentina estamos viendo un escenario y una realidad muy parecida a la que vivió mi país, en el año 2001, cuando implosionó un sistema económico, cuando se defaulteó la deuda soberana más importante que recuerda la historia del mundo y que había sido precedida esa crisis de políticas de ajustes muy similares a las que hoy se intentan o se están ya aplicando en parte de la eurozona.
 
Cuando comienza la crisis en mi país empieza a aplicarse esta receta vieja, en donde son los trabajadores los que no fueron invitados a la fiesta, los que no participaron de los festejos pero que finalmente tienen que hacerse cargo de la cuenta de la fiesta de los sectores financieros fundamentalmente que esto fue lo que pasó, en la República Argentina. ¿Cuál fue la receta en aquellos momentos? Exactamente la que hoy se está queriendo aplicar o ya se ha comenzado a aplicar en muchos países de la eurozona.
 
El tema del déficit fiscal - nadie habla de irresponsabilidad fiscal, por cierto - pero  hubo una suerte de reestructuración de los gastos del Estado, pero fundamentalmente orientados a que los costos los paguen los trabajadores y la concepción de que el problema radica fundamentalmente por allí en los beneficios que tienen los trabajadores o los beneficiarios de los sistemas jubilatorios. A punto tal que se ensayaron reformas de flexibilización laboral, algunas realmente en un marco escandaloso de corrupción estatal, con sobornos, que realmente todavía avergüenzan hoy a millones de argentinos y luego, con el advenimiento del nuevo Gobierno, en 1999, reducción de salarios de trabajadores del sector público; reducción de jubilaciones y pensiones que agravaron el congelamiento que ya venían teniendo las jubilaciones y pensiones y  también los salarios, desde hacía más de una década.
 
¿Cuál fue el resultado, hubo alguna mejora? No, al contrario, la crisis se aceleró, se precipitaron los hechos y finalmente la Argentina cayó aún más en su PBI y como no podía ser de otra manera, si se había endeudado con un determinado nivel de PBI al caer aún más el Producto Bruto Interno debido al ajuste se vio imposibilitada de pagar su deuda y se declaró el default. Esta es la historia porque creo que es un ejemplo que debieran tomar no solamente los países, sino fundamentalmente los organismos multilaterales de crédito y multilaterales políticos y también el G-20, a la hora de adoptar soluciones y cómo abordar el problema, que era lo que sosteníamos nosotros en el año 2003, cuando se pretendía que se reestructurase o se pagase una deuda que era impagable, en los términos que planteaban los que habían comprado bonos de la deuda argentina, a precios irrisorios, que habían obtenido rentas, durante la década de los años 90', pingües por efecto de la convertibilidad en materia financiera. ¿Y qué era lo que sosteníamos nosotros? Nosotros sostuvimos la necesidad, como lo hicimos finalmente, de reestructurar la deuda soberana del país, pero hacerlo en base a las necesidades del país y en base a no hacer un ajuste que fuera pagado por los trabajadores y el consumo popular porque sosteníamos precisamente que solamente un crecimiento y desarrollo del mercado interno crea un crecimiento del poder de consumo de los trabajadores, asalariados, pensionados y jubilados iba a permitir generar un crecimiento del PBI, que finalmente posibilitara hacer honor a los compromisos internacionales.
 
El ex presidente Kirchner - me acuerdo - sostuvo en varias oportunidades ante la Asamblea General de Naciones Unidas, con motivo de las reuniones que se hacen anualmente en Nueva York que "ningún muerto paga sus deudas, los únicos que pueden pagar sus deudas son los que están vivos". Y para poder vivir hay que tener trabajo, hay que tener salario, hay que tener seguridad, hay que tener salud, hay que tener educación. (APLAUSOS). No se entiende, no suena razonable que si un país tiene un determinado nivel de endeudamiento, que es por ciento alto, con la relación entre PBI y deuda, si lo obligan a bajar su PBI y su crecimiento pueda pagar un mayor nivel de endeudamiento, suena absolutamente ilógico. Y esto era lo que nosotros sosteníamos, en el año 2003, en una situación muy, pero muy similar a la que viven hoy numerosos países de la eurozona. Sosteníamos la necesidad, primero, de una presencia del Estado, en materia de inversión y de gasto público, que fomentara la demanda agregada, que siguiera dando infraestructura a la economía, y que fundamentalmente también interviniera fuertemente porque está comprobado que el mercado no es un buen asignador de recursos; el mercado puede producir recursos, pero la regulación de su asignación, su contralor y su vigilancia, sobre todo en el sector financiero, son responsabilidades ineludibles por parte del Estado.
 
Y luego de 8 años exactamente, 25 de mayo del año 2003 a 25 de mayo de 2010, siete años exactos para ser más precisos, la Argentina que había defaulteado la deuda soberana más importante en la historia del país acaba, este martes, de reestructurar el 92,4 por ciento de la totalidad de esa deuda, que había defaulteado, quedaron práctica y únicamente afuera los denominados "fondos buitres", que son los especuladores que todos conocemos y ha hecho honor a todos y cada uno de los compromisos que contrajo, a partir de la primera reestructuración, en el año 2005, pagando todas sus deudas.
 
¿Cuál fue el marco social, además que se desarrolló en estos años? Hemos recuperado el poder adquisitivo de los trabajadores, siendo hoy el salario mínimo vital y móvil, de la República Argentina, el más importante de toda América latina. (APLAUSOS). Hemos realizado más de 2 mil convenciones colectivas de trabajo, donde libremente trabajadores y empresarios han negociado sus salarios, del año 2003 a la fecha, como no se había visto desde nunca, salario mínimo, vital y móvil que por cierto estaba en 200 pesos,  cuando comenzó el gobierno y hoy está arriba de los 1.500 pesos con importantísimas adecuaciones, aumentos de los haberes y jubilaciones de todo el sector pensionado, que además el Estado ha recuperado el manejo de los recursos de los trabajadores para ponerlos al servicios de los trabajadores y de la economía real, de la que genera trabajo, de la que genera actividad, de la que genera empleo, que es - a mi criterio - la generación de más y mejor empleo la única salida que se pueda ofrecer frente a la crisis global.
 
Tenemos que clausurar una etapa del capitalismo, en donde se creyó que el dinero generaba dinero por sí mismo sin necesidad de pasar por el circuito de producción de cosas, de bienes, de servicios. Como dijo Krugman un capitalismo que ganaba dinero haciendo cosas, no un capitalismo que gana dinero únicamente con el dinero. Porque esta es tambièn una de las causas de esta crisis global que hoy nos afecta, además, también del desarrollo muy desigualitario entre Norte y Sur, algo que también se debe comenzar a revertir para poder volver a retornar a la senda del crecimiento.
 
El país, el año pasado, hizo frente a la crisis prácticamente sin modificar su tasa de desempleo, con instrumentos diversos, heterodoxos, no teníamos una sola receta porque eran diferentes los problemas que se planteaban en cada una de las actividades y por lo tanto no había una respuesta única para todos los problemas. Porque nunca los problemas son iguales, porque nunca las actividades económicas son iguales y por lo tanto exigen un grado de heterodoxia y de creatividad que nos permita responder adecuadamente a esos problemas. Por ejemplo, desde el ministerio de Trabajo implementamos un programa, en el cual ayudábamos a completar los salarios de los trabajadores en aquellas empresas que tenían problemas. Porque una de las claves, el objetivo fundamental que me planteé frente a la crisis - recuerdo todavía una reunión que los compañeros de la Confederación General del Trabajo, seguramente no olvidarán - que tuvo lugar a fines de febrero o marzo, cuando estaba en ebullición toda la crisis y vinieron a verme para solicitar leyes que prohibieran el despido o que retornaran a lo que era la doble, o triple indemnización que habíamos tenido en etapas anteriores, y yo les dije: "déjenme apostar a otra cosa, déjenme apostar a que lo principal en la crisis sea mantener el vínculo laboral, evitar que llegue el telegrama de despido, acordar las modalidades durante la crisis y en lo que falte que esté el Estado presente para ayudar en la inversión y que no despidan trabajadores". Mi obsesión, mi verdadera obsesión en la crisis fue mantener el vínculo laboral, porque una vez que se destruye un puesto de trabajo se destruye en pocos segundos, son los segundos que tarda el gerente de personal en ordenar la confección del telegrama de despido. Pero luego reconstruir ese puesto de trabajo, que ese telegrama destruyó, en un instante, cuesta mucho más tiempo.
 
Por eso, mi verdadera obsesión era precisamente mantener la vinculación de los trabajadores con la empresa porque no podía olvidarme, era casi una marca indeleble en mi cabeza, el 25 de mayo del año 2003, cuando el Presidente Kirchner asumió su presidencia con apenas el 22 por ciento de los votos y el 25 por ciento de desocupados, en la República Argentina; el fantasma de la desocupación, lo que eso implica en cada familia, en cada trabajador, lo que eso impacta en el crecimiento de un país porque obviamente quien pierde el trabajo deja de consumir, sino lo que impacta en torno a expectativas de consumo y por lo tanto en cuanto a expectativas de inversión por parte de las empresas es de efectos francamente demoledores.
 
Quiero contarles una experiencia que realmente signó también un poco esto de la heterodoxia, en cuanto a abordar los problemas. Como les decía nosotros hemos recuperado el manejo de los recursos de los aportes de los trabajadores al sistema previsional que había sido privatizado, durante la década de los 90, y se utilizaba para la aplicación o para la especulación. Con estos recursos, recuerdo muy bien, hubo problemas - por ejemplo - de una filial automotriz de una importante firma americana, una planta automotriz modelo, localizada en la ciudad de Rosario, un sector muy industrial de la República Argentina. Ellos, antes de la crisis, habían presentado la plataforma de un nuevo modelo que se iba a construir en nuestro país, vino la crisis y obviamente su casa matriz no le envío los fondos y no solamente eso sino que peligraba la fuente de trabajo de miles de obreros. Y recuerdo que dimos un préstamo con los recursos de los trabajadores. Yo decía: "jamás hubiera imaginado en mi vida estudiantil, que finalmente siendo Presidenta de la República, iba a terminar dándole un préstamo a la General Motor", si alguien me lo decía hubiera dicho que estaba loco o demente. (APLAUSOS). Pero esto demuestra la heterodoxia, fue un préstamos que se dio, en el año 2009, con un plazo de cuatro años, y ya no solamente no solamente no se despidió ningún trabajador, sino que se incorporaran casi 900 trabajadores más a la planta, ya han restituido el 50 por ciento del préstamo, que era a cuatro años, y ahora en agosto terminan de cancelar el préstamo.
 
Refiero esto como junto al modelo de los REPROS,  que eran los instrumentos del Ministerio de Trabajo, las negociaciones personales con sectores más vulnerables para poder seguir conservando los puestos de trabajo, como las múltiples herramientas en las cuales estuvo presente el Estado. Pero además y fundamentalmente esto fue una política macroeconómica: sostener la demanda agregada. Para eso también y por una cuestión de sensibilidad y de convicción social creamos también la Asignación Universal por Hijo, que es una extensión de las cargas y de los salarios familiares  para aquellos trabajadores que no tienen empleo o para aquellos que teniéndolo no tienen el mínimo, vital y móvil. Lo que también significó un fuerte incremento del consumo popular y por lo tanto un fuerte incremento de la actividad económica.
 
Fuimos - según Naciones Unidas - China y la Argentina los dos países que más medidas de carácter fiscal hemos tomado para hacer frente a la crisis. Por eso quería participar de este encuentro de delegados, no con el ánimo de presentarnos como modelo porque nunca hemos creído en los modelos aplicados o transplantados acrìtica o mecánicamente de una sociedad a otra. Evidentemente hay matices, hay diferencias de matrices productivas, hay diferencias - en fin - que pueden tornar necesarias unas herramientas, en un caso; y herramientas de otra naturaleza, según cuál sea el país. Pero me parece que lo que sí conceptualmente es aplicable urbi et orbi que las políticas de ajuste y colocar a los trabajadores como variable de ajuste y sujeto de castigo, creyendo que de esta manera se remonta la crisis global o la crisis de un país, es una receta absolutamente equivocada, desacertada y a contrapelo de la historia y las propias realidades, que nos ha tocado vivir en distintas partes del mundo.
 
Por eso hoy quería estar aquí, junto a ustedes, porque creo que - y esto es lo que vamos a plantear también en el G-20 - creemos necesariamente que se deben seguir sosteniendo las medidas contracíclicas; que las políticas de ajuste no van a hacer más que agravar determinadas situaciones; que se debe acudir a la asistencia de aquellos países que tienen problemas con su deuda soberana; que tomen como ejemplo a la Argentina, a la que en el año 2001 le soltaron la mano, luego de haberla colocado en todas las asambleas del Fondo Monetario Internacional como modelo de la política del Consenso de Washington y neoliberal; que en todo caso nos tomen a nosotros como espejo, como modelo, como conejillo de india casi nos tomaron en aquellos momentos para dar un escarmiento al resto de los países y advertir lo equivocado y lo gravoso de estas políticas y las consecuencias absolutamente negativas que tienen en la economía y fundamentalmente en los pueblos y en las sociedades.
 
Por eso quiero agradecer la presencia de  todos ustedes y decirles, finalmente, que la idea que queremos llevar es la necesidad de la presencia de un Estado que intervenga activamente en las políticas contracíclicas, que al mismo tiempo también comience, por fin, una regulación a fondo del movimiento de capitales internacionales y globales que no tienen ningún tipo de contralor y que han sido una de las causas, a través de la especulación de la crisis que hoy vivimos y que es necesario reformular los organismos de gobierno global. (APLAUSOS). Hoy seguimos manejándonos con los mismos instrumentos en lo político y en lo económico, a nivel global, del año 1945, de la post-guerra, Bretton Wood es post- guerra, es mundo bipolar; Carta de San Francisco, que regula Naciones Unidas, formas de funcionamiento, Consejo de Seguridad, etc., etc. son también consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.
 
Yo preguntaba, el otro día, a empresarios españoles, en Barcelona, cuál de ellos seguía conduciendo sus empresas con los mismos instrumentos o con los mismos métodos que podían haber tenido en 1945. Absolutamente nadie; somos nosotros en el mundo global los que pretendemos dar nuevas respuestas con viejos instrumentos; somos los únicos que pretendemos que con los mismos métodos y los mismos instrumentos que ocasionaron la crisis vamos a tener resultados diferentes. (APLAUSOS)
 
Realmente es necesario una reformulación a fondo de esos organismos multilaterales que den respuesta a esta crisis global, que amenaza con profundizarse, porque en el año 2008 pensamos que estaba su corazón en Wall Street con la caída de Lehman Brothers, hoy se ha trasladado al continente europeo, y finalmente no sabemos cuáles serán las consecuencias si esto se profundiza y no se da una respuesta adecuada.
 
Creo también en la necesidad de regular, de una buena vez y a fondo, el tema de paraísos fiscales. No puede haber países  que sigan teniendo un 30 por ciento de su PBI solamente en servicios financieros. Esto necesariamente impacta negativamente en lo que yo también entiendo como uno de los problemas que ha ocasionado la crisis, y que son los denominados inbalances globales: países con formidables superávit, por un lado; y por otro lado, países que como tienen suerte de tener la moneda de reserva son financiados por el resto del mundo en sus déficits fiscales y comerciales, de carácter estructural y global. Por eso, son muchos los elementos, no hay un solo instrumento, no hay una sola receta, un solo modelo para poder abordar en su profundidad la crisis. Sí creo que son muchos los puntos, son muchos los elementos que deben ser tomados en cuenta para entender que es imposible dar una respuesta con lo que se está viendo hasta ahora, arriba de la mesa, y que como única propuesta habla de ajuste.
 
Seguimos sosteniendo la necesidad de alimentar la demanda agregada; generar más y mejor empleo y finalmente controlar el movimiento especulativo de capitales para que finalmente los sectores financieros, que han sido fondeados con cifras multimillonarias vuelquen parte de esos recursos al financiamiento del sector productivo y de servicios para que vuelva la economía de producción generadora de puestos de trabajo. Esta es la clave, esperemos que cuando adviertan que este es el camino no sea demasiado tarde. Nosotros en la Argentina nos costó mucho, en estos 7 años, lograr resultados como los que hemos tenido.
 
Si uno tapa el nombre de la República Argentina y de los números macroeconómicos: superávit fiscal, superávit comercial, nivel de reservas muy bueno, cuenta corriente de capital, índices de empleo, índices de disminución de pobreza, de indigencia; acortamiento de la brecha entre los sectores más ricos y más pobres ve que hemos hecho una buena tarea. Falta mucho seguramente, siempre digo en mi país que mientras haya un pobre o mientras haya un argentino o una argentina que no haya conseguido un buen trabajo, decente y registrado todavía hay camino para andar.
 
Por eso estamos absolutamente convencidos que estamos en el camino correcto y creemos que profundizar modelos que hagan de la producción y del trabajo sus ejes fundamentales es uno de los caminos para salir de la crisis.
 
Muchas gracias, muy buenas tardes, quiero agradecer a Sara y a Guy Rider por haberme invitado, felicitarlos a todos ustedes y ayudarlos a que junto a sus dirigentes sindicales tengan en su países una postura de defensa irrestricta de los derechos de los trabajadores y de los que menos tienen. Muchas gracias y muy buenas tardes. (APLAUSOS).   
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