Para el diputado nacional y uno de los máximos referentes del derecho laboral, desde el 2003 se ha revertido el crecimiento de la desigualdad. Compara al gobierno con la Primera Junta.
El diputado, Héctor Recalde.
Revolución de Mayo
–En su opinión, ¿qué fue la Revolución de Mayo?
–Mariano Moreno.
–¿Existían distintas tendencias político-ideológicas en 1810? ¿Con cuál se identifica?
–El trabajo de Mariano Moreno fue realmente el eje de la Revolución de Mayo. Además de Moreno, también me identifico con Castelli. Entre paréntesis, hay una película sobre Castelli que dirigió Juárez que está por estrenarse. En la película trabaja mi hija como la hija de Castelli.
–¿Cree que a Mariano Moreno lo asesinaron o murió por muerte natural acelerada por su supuesta enfermedad?
–Lo asesinaron. Lo envenenaron.
–¿Qué opinión le merece el primer programa político-económico de gobierno que tuvo la Argentina? Estoy refiriéndome al Plan de Operaciones de Mariano Moreno y Manuel Belgrano.
–Me pareció fantástico porque se trató de un cambio estructural. Quiero decir, para la época fue de avanzada. Esto revela la característica de estadista, tanto de Manuel Belgrano como de Mariano Moreno. Señalo, sin hacer discriminación ni dogmatismos, los dos eran abogados.
–En la octava edición del periódico El Correo de Comercio de Buenos Aires (septiembre de 1810), Manuel Belgrano escribió, “La riqueza real de un Estado es el más grande grado de independencia en que está de los otros para sus necesidades, y el mayor sobrante que tiene para exportar”. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?
–Esto es una de las tres banderas del peronismo. La independencia económica que hace a la soberanía política, y ambas, que hacen a la justicia social. Sin justicia social las dos primeras no sirven.
–Bartolomé Mitre llamó a Bernardino Rivadavia “El más grande hombre civil de la tierra de los argentinos”. ¿Está de acuerdo?
–No, para nada.
–¿Con qué referentes de aquellas gestas con los cuales se sienta identificado?
–Moreno y Castelli.
Siglo XIX
–¿Con qué referentes políticos o estadistas argentinos del siglo XIX se identifica?
–Leandro N. Alem, Alberdi y Rosas.
–¿Y referentes políticos o estadistas no argentinos de este mismo siglo?
–Abraham Lincoln, José Martí y Simón Bolívar.
–¿Por qué cree que las Provincias Unidas del Río de la Plata perdieron su territorio original (Alto Perú, Banda Oriental, etcétera)?
–Por los internismos. Por un mal juego de pseudosoberanías que en realidad hacían juego de poder. Por eso la gesta emancipadora de San Martín es realmente para destacar.
–¿Y?por qué cree que fracasó el plan sanmartiniano-bolivariano?
–Por esas razones que acabo de mencionar.
–¿Sabe de otros países que a diferencia de la Argentina sí hayan logrado su unidad política y administrativa sobre la base del territorio original heredado del sistema colonial?
–Tal vez Brasil.
–¿Con qué próceres sudamericanos se siente identificado?
–Bolívar, San Martín y O’Higgins.
–¿Por qué cree que, una vez declarada la independencia de Uruguay, José G. Artigas exclamó “Ya no tengo Patria”?
–Él anhelaba la unidad latinoamericana. Es la diferencia entre la Patria Chica y la patria grande… La Unasur.
–“El federalismo nació como la oposición del interior a la apropiación de la aduana por parte de la ciudad de Buenos Aires y el rechazo a la imposición de políticas económicas librecambistas por parte de esa misma ciudad.” ¿Está de acuerdo con esta aseveración?
–Sí, en términos generales estoy de acuerdo.
–El fundador del Partido Socialista, Juan B. Justo, opinaba que las montoneras del siglo XIX “eran el pueblo de la campaña levantando contra los señores de las ciudades (y que) pretendían paralizar el desarrollo económico del país y mantenerlo en un estancamiento imposible”. ¿Coincide con esta definición?
–Sí, en términos generales. Pasa luego que habría que explicar por qué los socialistas cambiaron de opinión. Pero en los orígenes era así. Y esto lo mamé de mi viejo. Yo milité en la Juventud Socialista por él, que era socialista. Después empecé a militar activamente en el peronismo en 1958.
–¿Qué les pasó a los socialistas?
–Respondo con una pregunta: ¿cómo justifica un Alfredo Palacios, siguiendo el panorama descripto por Bialet Massé, que tiempo después termina pactando con la Unión Democrática?
–¿Leyó a Manuel Ugarte?
–Sí, claro.
–¿Cómo califica la presidencia de Bernardino Rivadavia?
–Mala.
–¿Y?qué opinión le merece la presidencia de Urquiza?
–Buena.
–¿Las presidencias de Rosas?
–Buenas.
–¿Qué opina de la presidencia de Mitre?
–Regular.
–¿Y?de la presidencia de Sarmiento?
–Regular.
–¿Qué opinión le merece la presidencia de Avellaneda?
–Regular.
–¿Y?cómo califica las presidencias de Roca?
–Malas.
–Se habla mucho de la masacre que los pueblos originarios padecieron en el siglo XIX, pero nada o muy poco se dice de la masacre a los gauchos y caudillos representantes de los intereses de las masas del interior, víctimas de la guerra civil argentina durante buena parte del siglo. ¿Qué opina al respecto?
–Coincido con todo eso. Y además creo que fue un genocidio y los genocidios son imprescriptibles. El delito de genocidio es imprescriptible. ¿Qué quiere decir eso? Que aquellos que durante la Conquista del Desierto se apoderaron de las tierras de los pueblos originarios tienen que devolverlas.
–¿Qué hechos o logros cree que el pueblo argentino le debe a Sarmiento?
–La enseñanza.
–En una carta a Mitre con fecha septiembre de 1861, Sarmiento le manifestó: “Se nos habla de gauchos… La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”. ¿Qué opinión le merecen estas palabras?
–Son las boludeces de Sarmiento.
–¿Con cuáles presidencias del siglo XIX se identifica por sus políticas y acciones de gobierno?
–No me identifico con ninguna presidencia. Ahora, si hablamos de otra cosa, entonces me identifico con la Primera Junta morenista.
–¿Y con cuáles definitivamente no se sienta identificado?
–Con las de Roca.
–En la Guerra del Paraguay murieron más de un millón de paraguayos, o sea cinco de cada seis de sus pobladores de entonces. ¿Qué explicación le da a la frase con la cual Mitre –en 1869 y a meses de concluir su mandato– recibió a los primeros batallones que regresaban al país: “En la guerra del Paraguay que ha terminado ya, o puede darse por terminada, ha triunfado no sólo la República Argentina en su capacidad política de Nación, no sólo la Triple Alianza en reivindicación de sus derechos, sino también los grandes principios del libre cambio, que son los que vivifican el comercio”?
–Esto fue otro genocidio realmente. Nunca les terminamos de pedir disculpas y de reparar las injusticias de la Triple Infamia con el pueblo paraguayo. A propósito, tengo un libro que se llama La Tercera Década Infame. Que el lector saque sus propias conclusiones.
–¿Coincide con la afirmación que señala al período comprendido entre 1880 y 1930 como la época dorada de la República Argentina?
–Dorada, plateada y de platino gold, pero sólo para algunos. Por ejemplo, para aquellos que llevaban la vaca en el barco rumbo a Europa para tomar leche argentina. En cambio, para los ‘laburantes’, todo lo contrario. Para explicarlo está Bialet Massé. La explotación de los trabajadores, la jornada laboral, el trabajo infantil (por cierto, un flagelo que aún continúa). En junio de 1890 hubo una manifestación luego de conmemorar el 1º de Mayo, donde se juntaron 7.434 firmas para un decálogo de peticiones. Una de ellas era reducir la jornada a ocho horas diarias y cuarenta y ocho semanales. Nada se logró. Básicamente todo esto se daba en la explotación agropecuaria, donde no había límites a la jornada laboral, donde existía explotación del trabajo infantil y donde había trabajo en negro casi decimonónico. Entonces, ¿dorada? Ahora bien: durante esa época hubo sí un episodio importante, que fue Sáenz Peña y el voto. Pero nuevamente y por desgracia, estaba el fraude patriótico. Y ahí es justamente cuando comienza la primera década de la infamia. En esa década ocurrió la huelga de los talleres Vasena, la Patagonia rebelde, tan bien descripta por Osvaldo Bayer y Norberto Galasso.
–Si tuviera que hacer un parangón entre las presidencias de Carlos Menem y alguna presidencia del siglo XIX, ¿con cuál la asemejaría?
–Con la de Rivadavia.
–Y?si tuviera que hacer lo mismo entre la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y alguna presidencia del siglo XIX, ¿con cuál la asemejaría?
–Con la Primera Junta.
–¿Hubo algún golpe de Estado en la Argentina del siglo XIX?
–Golpe de Estado, no, pero sí tuvimos una anarquía en el día de los tres gobernadores. Creo que fue en 1820.
Siglo XX
–¿Con cuáles referentes políticos o estadistas argentinos del siglo XX se identifica?
–Perón y Evita.
–¿Y referentes políticos o estadistas no argentinos de este mismo siglo?
–Fidel Castro y Lula.
–¿Qué opinión le merecen las presidencias de Hipólito Yrigoyen?
–De regulares a buenas.
–¿Qué opina de la presidencia de Marcelo T. de Alvear?
–Mala.
–¿Cómo califica las presidencias de Juan D. Perón, entre 1946 y 1955?
–¡Ni hablar… muy buenas!
–¿Qué opinión le merece la presidencia de Arturo Frondizi?
–Regular a buena.
–¿Y?la presidencia de Arturo Illia?
–Yo lo quería a Illia. Fue buena.
–¿Qué opina de la presidencia de Juan Perón e Isabelita entre 1973 y 1976)?
–La de Juan Perón, muy buena. Sobre Isabelita no me pronuncio.
–¿Por qué no se pronuncia?
–Porque soy bondadoso. Yo fui mensajero entre Perón e Isabelita. En el ’65, en tiempos de la lucha interna en Mendoza entre Corvalán Nanclares y Serú García, Isabelita vino a apoyar a Nanclares porque García era el neoperonismo. Entonces Perón me entregó una carta para Isabelita. O sea, hice de mensajero, de correo, como se llamaba en esa época.
–¿Qué opinión le merece la presidencia de Raúl Alfonsín?
–Tuvo algunas cosas buenas y algunas malas. Digamos que fue una presidencia de regular a buena. En el aspecto de la política liberal fue buena en términos generales. Pero en la política social fue mala.
–¿ Y?cómo calificaría las presidencias de Carlos Menem?
–Malas.
–¿Qué opina de la presidencia de Fernando de la Rúa?
–Horrible.
–¿Cree que el peronismo de Perón interrumpió el tránsito hacia la Argentina como país del Primer Mundo?
–Yo creo que el peronismo de Perón lo que hizo fue fortalecer las tres banderas que citamos antes, las banderas de la patria grande. Ahora, esto del Primer Mundo… Creo que ese mundo es explotador. Yo no aspiro a llegar a ser un país explotador de otros.
–Desarrollismo, ¿éxito o fracaso?
–El desarrollismo fracasó. Sus banderas fracasaron.
–La Argentina mantuvo la neutralidad en las dos guerras mundiales. ¿Cree que fue correcta tal posición?
–Sobre la Primera Guerra Mundial, la del ’14, la verdad es que no tengo una idea acabada de cuál fue o hubiera sido la mejor actitud; sería contestar por contestar. Sobre la posición argentina en la Segunda Guerra Mundial creo que haber mantenido la neutralidad fue importante para mantener el equilibrio interno, esto es, las luchas entre imperialismo y antiimperialismo.
–Evita y el voto femenino. ¿Qué opina de aquella medida?
–Ortega y Gasset decía que las cosas obvias no son tan obvias. Quiero destacar con esto la fuerza revolucionaria de Evita que logró esta medida sesenta años atrás, ¿no? A la mujer política se la sigue tratando mal.
–Me viene a la mente el destrato que recibió Mercedes Marcó del Pont en el Congreso. No había que ser oficialista para repudiar aquello.
–¡Miserables! ¿Sabe lo que significa ad pompam vel ostentationem? Es un dicho romano que quería decir “al solo efecto de las pompas y ostentaciones”. La convocaron para dejarla hablar y chau. Fue un verdadero insulto; un agravio republicano.
–La Constitución de 1949 fue derogada por la Revolución Libertadora. ¿Debe hacerse algo al respecto o simplemente olvidarlo?
–No, tendría que ser reivindicada ad totum. Esto se perdió en el ’94, año de la reforma que podría haber sido una excelente oportunidad para reivindicarla, sobre todo sus artículos más trascendentales como por ejemplo el 40. Quiero decir, todo lo que tiene que ver con los derechos del trabajador, de la ancianidad, de la familia, de la niñez, los recursos naturales.
–¿A qué factores atribuye la recurrencia de golpes de Estado durante el siglo XX?
–A los civiles que picoteaban las puertas de los cuarteles. Tuvo que pasar la masacre de la dictadura militar para que ahora tengamos un horizonte despejado en ese sentido. Por eso ahora sólo vemos actitudes destituyentes civiles, esmerilantes del poder político. Porque hay muchas cosas que sólo se entienden con esta explicación.
–El Proceso: ¿genocidio social y económico?
–Por supuesto. Sometimiento. Es decir, la dictadura no sólo masacró por razones políticas para contener el poder, sino que además quiso someter por la vía del terror, del miedo. La dictadura fue terrible en todo sentido: social, político, económico y, por supuesto, en materia de derechos humanos.
–Aludiendo al país ideal en el que le gustaría vivir y a sus fuerzas armadas, Mariano Grondona señala en su último libro (El postkirchnerismo) el anhelo de que éstas vuelvan a ser “…como lo habían sido entre 1853 y 1930… lejos ya de los excesos del período 1930-1983”. ¿Coincide con calificar de “excesos” el accionar de las Fuerzas Armadas durante, por ejemplo, el Proceso?
–Ésa es la opinión de Mariano Grondona. Mariano Grondona no puede declinar haber sido el autor del comunicado 150. No son “excesos”. A pesar de no compartir nada de lo que dice, mantengo una buena relación con Grondona. Ahora, el diálogo que tuvo con Biolcati fue algo histórico.
–¿Apoyó la recuperación de las islas Malvinas, en abril de 1982?
–No, para nada. Ni siquiera festejé el Mundial del ’78. Mi familia quería salir a las calles a festejar, mis pibes eran chicos, y yo salí puteando. ¡Qué voy a festejar lo de las Malvinas! ¡Una locura!
–El desembarco del 2 de abril, ¿lo considera un hecho legítimo o ilegítimo?
–Las Malvinas son nuestras. Ahora, si uno sigue métodos que dan resultados distintos de los que uno persigue es un pelotudo.
–¿El hundimiento del buque “General Belgrano” el 2 de mayo fue un crimen de guerra?
–No, fue un ataque de lesa humanidad. Una cosa desproporcionada. Esto realmente demuestra el carácter despótico y arrogante de Margaret Thatcher.
–¿La deuda externa es ilegítima, legítima o una mezcla?
–Acordémonos que u$s17.000 millones se debían en el ’76 (números redondos le estoy dando); pero la dictadura nos dejó u$s46.000 millones. Después vino la privatización de la deuda de Cavallo en el ’82. Todo esto hizo la deuda absolutamente ilegítima. Ahora bien: lo que pasó después fue que esa deuda ilegítima se fue transformando.
–¿Hay que pagarla?
–Creo que ahora decir “no paguemos” porque es ilegítima es de una irresponsabilidad total. En cambio, lo que sí hay que hacer es investigar quiénes fueron los responsables, para hacerlos responsables personal y patrimonialmente del daño que le ocasionan al país. Y que pongan la guita que nos hicieron perder. Esto es lo que creo que hay que hacer.
–¿Está de acuerdo con la privatización de YPF?
–No. No estoy de acuerdo con la privatización. Yo estuve en desacuerdo con los programas de propiedad participada, porque entonces me parecían que era la zanahoria para que los trabajadores convaliden las privatizaciones y no luchen contra ellas.
Siglo XXI
–¿Con cuáles referentes políticos o estadistas argentinos de este siglo se identificado?
–A De la Rúa sacalo, eso es fácil. No, en serio, con Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
–¿Y referentes políticos o estadistas no argentinos?
–Creo que Tabaré Vázquez fue un gran presidente. Y Chávez, con su espíritu caribeño. Nelson Mandela.
–¿Con qué países latinoamericanos se identifica?
–Con Uruguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela. Con todos me siento identificado.
–¿Y no latinoamericanos?
–Con Portugal y con los países nórdicos.
–¿Coincide con la afirmación, “La Argentina es un país primario exportador en proceso de industrialización”?
–Bueno, me parece que el cambio estructural a partir del 2003 fue ése. Salir, digamos, de la actividad primaria e industrializar al país para dar valor agregado a nuestros productos.
–¿Entiende a la Argentina como un país atrasado, subdesarrollado, emergente o en vías de desarrollo?
–Creo que es un país emergente, máxime cuando tenemos un gobierno que brega y actúa por el desarrollo nacional con inclusión social, empleo e igualdad.
–¿Cómo explica que las crisis internacionales del sistema capitalista (1870, 1890, 1914, 1930 y 1939) hayan contribuido a modernizar el aparato productivo nacional, diversificando la economía pastoril y agrícola del país?
–Porque las crisis internacionales llevaron a la Argentina a la necesidad de sustituir importaciones, cosa que derivó en el desarrollo de la actividad industrial. Lo resumo en una frase de Aldo Ferrer: vivir con lo nuestro.
–¿Qué expresaron el 19 y el 20 de diciembre de 2001?
–La crisis de representatividad y el fracaso del modelo neoliberal.
–En el 2002 el economista estadounidense Rudiger Dornbusch propuso que la Argentina ceda el control y la gestión económico-financiera del país a un grupo de notables extranjeros. ¿Cuáles fueron –si es que las hubo– declaraciones suyas al respecto?
–Opino que es un disparate. Una afirmación más imperialista que ésa, imposible.
–¿Qué opina de la presidencia de Eduardo Duhalde?
–Regular.
–¿Y?de la presidencia de Néstor Kirchner?
–Muy buena.
–¿Qué opinión le merece la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner?
–Muy buena. Uno de los pilares que este Gobierno ha enarbolado como una bandera indeclinable contribuye a la consolidación de la inclusión social, pero inclusión social entendida como la realización de la justicia social, que no es otra cosa que la ambición de una sociedad más igualitaria. En realidad, desde el 2003 que se ha perseguido deliberadamente ese objetivo y se han conseguido algunas conquistas históricas que permiten acercar a la sociedad argentina a ese anhelo de igualdad.
–¿Cuáles fueron esas grandes conquistas del kirchnerismo?
–Sin duda la sustancial reforma del sistema previsional, que permite que actualmente la Argentina tenga el mayor grado de cobertura previsional de toda Latinoamérica. En el mismo sentido, la asignación universal por hijo para la protección social (AUH) permitió posicionar a nuestra nación como la más igualitaria de toda la región, igualando los derechos de todos los menores que habitan el suelo argentino. De esta manera, ese piso de protección social consiguió que hoy los sectores históricamente más vulnerables de la sociedad, éstos son los ancianos y los niños, estén activamente protegidos por el Estado, contribuyendo a plasmar este sentimiento de igualdad en los sectores que más han sufrido históricamente los tremendos efectos de la exclusión social.
–Pero la oposición dice que la desigualdad no ha disminuido. No se basan en informes o estudios concretos. En este sentido, ¿hay informes que demuestren objetiva e irrefutablemente que la desigualdad es un flagelo en decadencia?
–La Argentina ha sido un verdadero “experimento social” en materia de desigualdad social. Existe un importante cúmulo de informes, algunos conjuntos, publicados por el Cedlas (Universidad de La Plata), el Cenda, el Propofe y el Conicet sobre el impacto de la asignación universal por hijo en la evolución histórica de la desigualdad en el país. Como indicadores utilizan el índice de Gini y la brecha D10/D1, esto es, cuánto gana el decil más rico de la población en términos del más pobre.
–¿Puede explicar el índice Gini?
–Es un indicador de desigualdad donde el valor 1 indicaría desigualdad absoluta, es decir, un solo individuo se apropiaría de todo el ingreso generado por la sociedad. El valor 0 significa igualdad perfecta, o sea, cada individuo recibiría la misma proporción del ingreso generado por la sociedad.
–Ahora sí, sigamos… ¿Puede afirmase objetiva e irrefutablemente que la desigualdad ha disminuido?
–Primero el contexto histórico. A lo largo de tres décadas (desde 1974 hasta el 2003) la Argentina sufrió un aumento secular de la desigualdad, partiendo de niveles que incluso eran ejemplares para el mundo desarrollado. Este “experimento social” fue el resultado de la aplicación sistemática y deliberada de políticas económicas neoliberales que hicieron transitar al país por múltiples episodios de caos social, político y económico: el “Rodrigazo”, la hiperinflación, la convertibilidad y finalmente, la peor crisis económica de la historia del país en el 2001/2002. A contrapelo de todo este proceso, la orientación política y económica implementada desde el 2003 a la fecha ha obtenido resultados contundentes en diversos ámbitos, aunque aquí nos interesa destacar el quiebre de esa tendencia secular de crecimiento de la desigualdad, quiebre que se inicia en el 2003 y se consolida con el impacto de la AUH. Los informes a los que aludí antes son irrefutables al respecto: la AUH implica una reducción del índice de Gini de -5%, lo cual posiciona al país en los niveles de desigualdad de 1986. En cuanto al cociente que compara el ingreso del decil más rico de la población con el decil más pobre, quiero decir, el D10/D1, la implementación de la asignación universal por hijo provocó un descenso de -32% en este indicador, posicionando al país también en los niveles de desigualdad de mediados de los ’80 y permitiendo recobrar el título del país más igualitario de toda la región. En fin, el estandarte de la justicia y la inclusión social que supimos conseguir recobró el lugar central que había tenido otrora.
–¿Qué expresó el conflicto por la resolución 125?
–Por el lado de las patronales agropecuarias, lo que Mahatma Gandhi llamaba la avidez de los dueños de la tierra (yo no hablo del campo; el campo es grande, tiene el ombú y todo eso). Y?por el lado nuestro, un error en nuestra capacidad negociadora.
–Durante el conflicto por la resolución 125 se vio y escuchó en reiterados medios la frase “sin campo no hay país”. ¿Coincide con esta afirmación?
–Sin territorio no hay país. Sin territorio no hay Estado. Entre paréntesis, las patronales agropecuarias tendrían que comenzar a ver qué pasa con sus trabajadores. Es la actividad con la mayor cantidad de trabajadores en negro, mayor cantidad de explotación de trabajo infantil y mayor cantidad de accidentes de trabajo. Entonces, desde el punto de vista social, y la rentabilidad que obtuvo el sector agropecuario desde mayo del 2003, tendría que haber tenido una actitud más solidaria y más equitativa. Porque hoy mismo vuelven a pedir las rebajas de las retenciones cuando tienen una producción recontra récord.
–Hoy piden menos retenciones siendo parlamentarios, con más poder. ¿Lo lograrán?
–Lo asombroso de todo esto es que aquellos que querían cerrar el Congreso hoy son legisladores.
–¿Existe crisis energética?
–Y nosotros estamos haciendo la entrevista no a la luz de la vela sino con luz eléctrica, ¿no? Esa misma pregunta me la han hecho en estudios de televisión y yo digo: bueno, qué lástima que no podemos grabar el programa.
–El actual rol y accionar del vicepresidente Julio Cobos, ¿es constitucional o anticonstitucional? ¿Legítimo o ilegítimo?
–Creo que es ilegítimo. Sobre si es constitucional o no, yo no hice un análisis técnico-jurídico porque podría haber una defraudación o un abuso de poder. ¿Por qué? Porque él dijo en un momento dado: Cristina y yo sacamos los mismos votos. Y yo le contesté: aramos decía un mosquito. Porque pensar que él sacó los mismos votos que Cristina porque está en la misma fórmula y que los dos aportaron… me hace acordar al cuento que contaba Perón de las empanadas mitad caballo, mitad paloma. Perón decía: “En una gran olla pongo un caballo y una paloma y salen empanadas mitad caballo, mitad paloma”. Esto explica la actitud de Cobos. Pero yo investigué en todo el mundo –al mejor cazador se le escapa la liebre, y yo no soy el mejor cazador– y no encontré ningún ejemplo igual. Es decir, un caso donde el integrante de la fórmula presidencial haga lo que hizo él. Ahora, una aclaración, Cobos no es integrante del Poder Ejecutivo.
–¿El vicepresidente de la Nación no forma parte del Ejecutivo?
–El Poder Ejecutivo es unipersonal en la Argentina de acuerdo con nuestra Constitución. Nuestro sistema es presidencialista, aunque algunos crean que estamos en un sistema parlamentario. Entonces, el rol que tiene el vicepresidente es reemplazar al presidente siguiendo sus políticas, y no contrariándolas. A ver, Cobos está en el banco de suplentes. Cada tanto le dan alguna función, así de entretenimiento. Por ejemplo cuando preside el Senado. Pero cuando desempata, ahí es la voz del Poder Ejecutivo, y tiene que desempatar de acuerdo con las políticas del Poder Ejecutivo. Pero no, nada de eso. ¡Él es el jefe de la oposición!
–¿Qué medidas tomaría para revertir el proceso de sojización de la República Argentina?
–Le pondría más impuestos. Es decir, aumento de las retenciones para que no siga achicándose la frontera de la producción agropecuaria. Obviamente, si la soja es un gran negocio, como lo es, se abandonan otras explotaciones: la ganadería, el trigo, el maíz, el girasol. Entonces, ahí es donde debe aparecer el rol del Estado; si no es liberalismo puro.
–Venezuela es la principal reserva hidrocarburífera del mundo y está entre los primeros productores y exportadores de petróleo del planeta. ¿Conviene profundizar el vínculo energético con ese país?
–Sí, en la medida en que no nos cobre el 15% de interés como hizo Chávez. Fíjese qué error político de Chávez, porque nos tiran en la jeta el 15% que nos cobró en el préstamo. Es un error geopolítico de Chávez. Y nosotros, estado de necesidad.
–¿Coincide con las acciones del Gobierno Nacional en relación con la avanzada exploratoria británica en Malvinas?
–Por supuesto. Como también me parece insólito los cinco legisladores que estaban en el Foreign Office cuando estábamos acá discutiendo esto, con la plataforma ésa en camino. Muy desafortunado. (Recalde se refiere a los legisladores Oscar Aguad, de la UCR; Paula Bertol, de PRO; Wálter Agosto, de Santa Fe Federal; Miriam Gallardo, del Frente para la Victoria, y Adrián Pérez, de la Coalición, que en febrero pasado visitaron el Ministerio de Relaciones Exteriores británico luego de una invitación de la embajada de ese país en la Argentina).
–De proseguir el Reino Unido con su accionar unilateral en esta materia, ¿habría que tomar medidas adicionales?
–Todas las medidas políticas que se puedan tomar, todas. Tuvimos un gran triunfo en la reunión de América latina y el Caribe. La reunión de Hillary Clinton con Cristina Fernández de Kirchner, reunión que nunca se iba a hacer, como la de Obama tampoco… Bueno, éstos son los grandes medios, ¿no? Son grandes cuartos en realidad.
–¿Y medidas económicas?
–Cuando dije medidas políticas, lo decía en el sentido de políticas no bélicas. Vamos a decirlo más claro: la Argentina debe tomar todas las medidas no bélicas que se puedan adoptar. Todas. Sanciones económicas, políticas, sociales, boicot, etcétera. Todo el andamiaje que desde la militancia civil se pueda hacer. Y si viene desde o cuentan con el apoyo de los organismos internacionales y los de la patria grande, fenómeno.
–¿Cree usted que sería éste un buen momento para llamar a un nuevo boicot a la Shell?
–Claro. Bueno, nosotros somos especialistas en eso.
–Banco del Sur: ¿sirve o no sirve al desarrollo nacional?
–Sí, claro.
–¿La Argentina tiene futuro aislada de la Unasur?
–No. Nosotros tenemos que fortificar la región.
–¿Por qué la Argentina no fue Australia o Canadá?
–Porque ellos tuvieron un concepto más patriótico que el que tuvieron nuestros dirigentes. Hay alguien que siempre dice: la Argentina es la Australia que no fue. Porque empezamos igual y terminamos… terminamos muy mal, ¿no?
–¿De qué sectores del quehacer nacional debería hacerse cargo el Estado y/o el mercado?
–En todos los que tengan que ver con los servicios públicos, el Estado tiene que tener presencia.
–¿Cree en el Estado empresario?
–Está la fama del Estado mal administrador, repleto de corrupción; pero yo siempre me acuerdo de Sor Juana Inés de la Cruz en estos casos. Hay dos culpables, el que peca por la paga y el que peca por pagar. La verdad es que yo creo en el rol del Estado; claro que después hay que ver dónde sí y dónde no. Es una cuestión, ya no estratégica, sino de oportunidad y de conveniencia.