27 sept 2014

PERON EN PUERTA DE HIERRO Por Jorge Moreno (Petrus)

Una opinión política surgida por mi militancia peronista y mi visita al General Perón en 1968


Antes de los años 60 muchos sectores de la clase media entendían al peronismo como un movimiento populista cuasi fascista.

Teóricamente razones no les faltaba por cuanto políticamente Perón provenía de un ejército con formación prusiana y el GOU (grupo de oficiales unidos con el que entró en la política, así lo  enunciaba en 1945).

Por eso era impensable que un judío estuviera con Perón.

Pero la realidad fue cambiando.

Del 45 al 55 su gobierno coincidió con mi infancia.

Cuando a mi me surgió la necesidad de participar en política, resultaba que Perón estaba exiliado en España por el golpe de estado  de 1955 realizado por sectores militares nacionalistas y democráticos auto llamados libertadores que yo; identifiqué desde mi juventud como fusiladores.


Se mantuvieron en el poder durante 18 años mediante la proscripción del peronismo, asesinando y persiguiendo a cuadros políticos y sindicales honestos peronistas y no peronistas.

Muchas veces traté de identificar los muertos de la sangrienta dictadura peronista y salvo lamentablemente algunos hechos puntuales no recuerdo más que anécdotas propias de la clase media porteña.

El historiador Norberto Galasso ha afirmado textualmente lo siguiente: -Y la libertad?, me dirá usted. ¿Y los derechos humanos? (Quiero creer que se refiere a la libertad y los derechos humanos para las mayorías populares, ¿no es cierto?). De cualquier modo, conozco el argumento: Ingalinella, la Sección Especial y también el obrero Aguirre, ¿se acuerda?, en Tucumán. Pero quien alguna vez leyó marxismo -aunque sea solamente el Manifiesto- sabe que cuando la lucha de clases se agudiza aparece indefectiblemente la violencia. Lo lamentamos, pero es así. Ambos bandos en lucha la ejercen. Y por un Ingalinella que cae, en un lado, caen 27 fusilados en junio del 56, por el otro. Y por las torturas al estudiante Bravo -ya ve que no me hago el tonto y lo ayudo en sus recuerdos- están los 380 muertos del 16 de junio del 1955... y aun más: -...De ahí que los trabajadores tengan sus propios mártires -entre los que no figura Ingalinella, aunque nadie pueda justificar su asesinato, y aunque fuera el mejor intencionado y más idealista de todos los hombres- sino Di Pascuale, Vallese, Mussi, Retamar, Alberte, Santillán, Hilda Guerrero, Pessano y tantos otros.

Indudablemente en toda historia política y de luchas de clases se ejerce violencia y muchas veces los caídos se producen en ambos bandos o incluso hay en ambos bandos victimas inocentes, disputas internas entre sectores bien diferenciados y hay quienes eligen caminos violentos aunque enuncien el mismo fin.

Pero cuando triunfó el golpe de estado ni se abrieron cárceles para liberar presos ni se descubrieron asesinados por el peronismo.

Sí, en cambio en el puerto se agolparon los que apoyaron el golpe para recibir a los pilotos y políticos (Zavala Ortiz entre otros) que habían producido una de las masacres mas cruentas de la historia moderna argentina.

Los bombardeos de Plaza de Mayo el 16 de junio del 55.

Un día que era de festejo  popular y se convirtió en carnicería.

Hasta hace pocos años se mantuvo en silencio en toda la prensa democráticadel país que ignoró y calló semejante crimen que el gobierno del Dr. Kirchner decidió instalar públicamente.

Pero aun así fueron muy pocos los militantes peronistas de origen judío. Estos identificaban a Perón con el fascismo y muchos con el nazismo sin tener en cuenta que el mundo iba cambiando.

El fascismo adquirió otras características.

Se generalizó en países pseudo democráticos y por supuesto no tuvieron a los judíos como víctimas casi exclusivas de su autoritarismo, sino que por el contrario muchos los han tenido en el bando de los que aplicaron métodos de tortura e inteligencia.

La participación de instructores israelíes allí donde se han producido torturas en la base de Guantánamo, el  apoyo y asesoramiento irrestricto a muchas dictaduras bajo la excusa de combatir al comunismo, la represión violenta al movimiento palestino han sido las pruebas más evidentes de estos cambios que enuncio.  

En otras oportunidades los acontecimientos les dieron la razón a quienes pensaban que peronista y judío no podían estar en el mismo bando fundamentalmente por el racismo imperante en las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad.  

Cuando me detuvieron en Tucumán y me interrogaban los agentes de Coordinación Federal me decían que yo con ese apellido no podía ser peronista y posteriormente durante la dictadura de Videla ser judío y peronista te garantizaba como mínimo mayores sufrimientos que otros, pero el mismo final..

Siempre identifiqué a Perón con el Peronismo en su conjunto y el Peronismo era el pueblo, los trabajadores, los más desprotegidos y sus mujeres que además adoraban a Evita.

Fue lo prohibido; la ley 4161 obligaba llamarlo -el dictador depuesto o el tirano prófugo.

Para mí, el Peronismo con Perón en el exilio, excedía la voluntad y deseos de su líder.

El Peronismo fue: Gustavo Rearte, John William Cooke, Bernardo Alberte, los compañeros caídos y los que militábamos para conseguir las metas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política; ya veríamos que ocurriría con el pensamiento íntimo de Perón llegado el momento.

No conocía yo el pensamiento íntimo de Perón, pero igualmente no me importaba.

Para mí Perón eran, las banderas que mis compañeros y yo enarbolábamos entonces.

Cuando Gustavo me pidió que fuera a Puerta de Hierro lo acepté emocionado.  

Yo era Jorge Moreno (Petrus), militante de la juventud que me debía al movimiento y a la organización política interna a la que me había adherido, pero a la vez leal defensor de las causas, que eran también las de Perón.

Era febrero del 68, con Totó (Norberto Mario Franco) visitamos a Perón en su casa.

Previamente aleccionados por Gustavo Rearte, el cual nos recomendó: -si Lopez Rega descubre  a que fracción de la Juventud Peronista pertenecen, hará lo imposible para evitar la entrevista con el general.

Una vez llegados a Madrid escribimos una carta  donde le manifestamos que éramos estudiantes, que veníamos de Paris donde estudiábamos Ciencias Políticas en la Sorbonne y queríamos conocer al líder de los argentinos.

Esperamos su respuesta en el hotelucho que compartíamos.

Teníamos tiempo y dinero para cuatro días y confiábamos en la eficacia del correo español para  recibir  noticias en tan corto plazo.

Fueron dos días de espera, mientras tanto nos turnábamos para conocer Madrid, salíamos y volvíamos a comprobar si teníamos correo,   hasta que llegó la ansiada respuesta.

El miércoles, o sea al día siguiente de la recepción de la carta, nos esperaba Perón  a las diez de la mañana para una reunión que él organizaba semanalmente con argentinos como si de la visita a  un museo se tratara.

Llegamos a las diez en punto como correspondía, antes dimos un paseo por los alrededores para ser puntuales.

En unos  quince minutos llegaron cinco personas más, algunas de ellas venían juntas.

Todos nos mirábamos y semblanteábamos desconfiados; Lopez Rega nos hizo pasar a un living donde estaban bien distribuidos varios sillones y algunas butacas individuales en torno a una mesa ratona hasta que al cabo de unos minutos entró Perón.

¿Que síntesis podría hacer de esa visita? hablar de su presencia cautivante, de su seducción y simpatía seguramente no sería novedad;  es más importante referir lo que produjo en mi.

Inicialmente sentí timidez, pero su actitud abierta fue permitiendo que fueran desapareciendo los primeros temores.

El General me impresionó favorablemente desde el primer momento y me transmitió confianza.

Una de las frases con que nos recibió a modo de advertencia y que yo cito a menudo fue -Napoleón era Bonapartista y Perón es Peronista

Yo también soy Peronista decía él.

A partir de ese momento yo repetiría muchas veces como él, esa misma afirmación.

Yo soy Peronista.  

Yo estaba en el sitio más cercano a la entrada, por eso al irrumpir el general fue al primero que saludó.

Su sonrisa y el apretón de manos que me dio no me hubieran sorprendido sino fuera que agregó -¿que tal compañero como le va? que yo interpreté familiar, como si ya  me conociera.

Desde que lo saludé su espontaneidad contagió toda la conversación;  en un momento mirándome fijo me manifestó: -Sabe compañero, Onganía no tiene el labio leporino, sino que fue mordido por su caballo en una discusión que han tenido y agregó -no se olviden que es general de caballería.

En otro momento de la visita, sus perritos; los famosos perritos bandidos se pusieron a ladrar insistentemente hasta que el general perdió la paciencia y los puteó entre dientes.

Una de las mujeres presentes comentó para congraciarse con él -que encantadores que son, sólo les falta hablar, a lo que el Perón le respondió sonriendo, -si hablaran perderían todo su encanto.

Hasta ese momento era una tibia visita de cortesía y aprovechando un paréntesis producido por un llamado telefónico que atendió Lopez Rega, de la agencia Efe para entrevistar a Perón, pudimos identificarnos ante el general como miembros  de la juventud y como compañeros de Gustavo Rearte.

La Agencia Efe quería conocer su opinión sobre una huelga que estaría declarando la CGT en la Argentina.

Él respondió, haciéndonos participes a los presentes con una sonrisa sarcástica -yo sólo opino de las cosas que ocurren en mi casa y cuando mi mujer me deja.

Cuando se reanudó la conversación bromeó con nosotros, agregó -que suerte que están aquí, porque podrán llevarle a Gustavo un par de gafas que se olvidó en mi escritorio y así él no podrá pensar que yo se las estoy usando.

A partir de allí, la complicidad con Totó y conmigo se hizo más clara ante los otros visitantes, que suponíamos turistas,  aunque  uno de ellos se identificara como miembro del Sindicato de Empleados de Comercio. 

Se valió de ello, para que reafirmáramos sus pensamientos y en varias oportunidades nos incitó a que asintiéramos lo que él estaba diciendo.

Su charla-conferencia había comenzado con reflexiones sobre su paso por Italia,  la formación del GOU, la inquietud que Mussolini despertaba entre sus pares del ejército y los preparativos de su salto a la política; pero al saber de nuestra identificación militante comenzó a hablar del presente.

Nos comprometió a Totó y a mí para que a la mañana siguiente volviéramos a reunirnos y trabajar más concretamente en unas cintas que estaba preparando para enviar a la  Argentina.

Le informamos que a las 3 de la tarde del día siguiente viajábamos a Buenos Aires y por eso nos citó otra vez a las diez de la mañana.

A la mañana siguiente todo fue diferente. Lopez Rega nos recibió con dos sugerencias.

Nos aclaró que cuando él dijera que nos fuéramos así lo hiciéramos y que a ver si podíamos entregarle algo de dinero porque el general no estaba pasando por un buen momento económico.

Por supuesto que ni a uno ni a otro pedido lo tuvimos en cuenta, suponiendo que sería el general, quien diera por terminada la entrevista o pidiera algo si lo necesitara.

Perón nos invitó a un mate cocido que le pidió a Lopecito, nos hizo pasar a su escritorio donde, luego de criticar el proceso militar y los rumores de golpe de estado dirigidos eventualmente por Cándido Lopez, nos alertó contra él y este tipo de -salvadores de la patria.

-Este general ya no sirve para nada,  ¿por qué no  dirigió un levantamiento cuando mandaba tropas en Campo de Mayo? ahora es lo mismo que yo, somos leones herbívoros dijo.

Nos invitó a escuchar la cinta que tenía preparada. Reproducida en  un grabador tipo geloso que adelantaba y retrocedía según sus deseos para que quedara en nosotros claro lo que él quería transmitir.

La cinta, la conocíamos, pero no se lo dijimos.

Escuchamos con atención.

Era una de sus interesantes clases  de conducción política y estrategia.

En los puntos que el consideraba más importantes nos indicaba “¡ahora!” para que prestáramos mayor atención, acompañando él a coro lo que el grabador reproducía.

La reunión o monólogo se extendió cerca de un par de horas y cuando estábamos dispuestos a decirle que se nos agotaba el tiempo para llegar a Barajas y viendo que mirábamos insistentemente el reloj nos tranquilizó diciendo que el jeep de la guardia civil que estaba en la puerta nos acercaría al aeropuerto.

Antes de dar por terminada la entrevista nos habló de lo que hasta ese momento buscábamos pero no nos animábamos a preguntarle.

¿Que ocurrió con el viaje a Cuba que nos anunció Gustavo una noche de diciembre en La Habana? ¿porqué  se frustró?

Nos pidió que le dijéramos a Gustavo que había decidido no viajar a Cuba clandestinamente.

Que cuando él decidiera viajar, sería por Iberia y con todos los periodistas en el aeropuerto, aunque de este modo haya incumplido la promesa realizada.

Para contrastar información, agrego párrafos del libro Un militar entre obreros y guerrilleros de Eduardo Gurucharri sobre el Mayor Bernardo Alberte.

Pagina 181/182 Navidad en La Habana

Alberte: -Si Ud. lo prefiere, me ofrezco a viajar yo, General. Soy su representante y estoy jugado.

-No hace falta, Alberte. Déjelo por mi cuenta que a Ud. lo necesito en el país. ¡Voy yo! Gustavo, dígale a Fidel Castro que esta vez espero poder aceptar su invitación. Vaya y haga los contactos con la mayor discreción. Yo le haré avisar cuando se fije la fecha.

Alberte: -Muchos podrán decir mucho de Rearte. Yo prefiero referirme al periodo de su vida que tuvo contacto político conmigo, como consecuencia de la estrecha relación que trabamos siendo yo secretario general del peronismo y delegado personal del General Perón y él dirigente de una agrupación de la Juventud Peronista (JRP) que adhirió a la política desarrollada durante mi gestión.

-En octubre de 1967 tuve un contacto prolongado por él. Viajábamos juntos a Madrid. Él de paso para Cuba y yo a encontrarme con Perón en la capital española. Tuvimos oportunidad de conversar y discutir mucho tiempo. El siempre orientado por una claridad política y una vocación de servicio por la clase obrera y el movimiento peronista, cuyo reconocimiento es un deber inexcusable de todos los que nos consideramos sus compañeros. Acordamos encontrarnos a la vuelta, habiendo coincidido en principios fundamentales que orientarían la lucha que había que emprender....

Gustavo Rearte fatigaba toda clase de medios de transporte en el largo rodeo que permitía – vía Praga llegar a La Habana eludiendo la vigilancia de la CIA. En 1967 iba y venía con frecuencia.

Cada viaje incluía una escala en Puerta de Hierro.

Es seguro de que en Julio coincidieron con Alberte en un vuelo Montevideo-Madrid.

Rearte continuó después hacia Cuba para asistir a la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad*

La OLAS, programada en apoyo a la guerrilla del Che en Bolivia.

Es probable que al evocar el episodio, Bernardo confunda el mes en que ocurrió.

*Gustavo asistió como invitado aunque el delegado por la JRP fui yo bajo el seudónimo de Jorge Moreno (Petrus).

-Hacia el 20 de diciembre del 67 Rearte está en La Habana cuando le confirman el viaje inminente.

- Los pocos argentinos con quien comparte el secreto, se pellizcan para asegurarse de estar despiertos. Perón estará en La Habana para Navidad. La noticia no debe trascender antes de su llegada.

Es casi nochebuena cuando sucede lo que tiene que suceder

-Oye, chico, que el hombre tuvo no sé qué  vaina. Ya tu sabes, que parece que salió pero no llegó. Que de Paris avisan de que no viene.
- Discúlpeme, Gustavo. Esta vez le fallé. Tuve unos problemas que cuando pueda le contaré. Le mando un abrazo.

Fue quizás la ocasión en que Juan Domingo Perón estuvo más cerca de dar ese paso que antes le habían pedido Olmos y Cooke, aunque en esta ocasión no se trataba de quemar las naves y mudarse a Cuba, sino de hacer una visita, objetivo más modesto que por lo mismo parecía factible.

Finalizada la reunión le solicitamos una foto.

Tanto a Totó como a mi nos firmó y dedicó un retrato suyo.

No tuvimos la misma suerte que nuestros compañeros Gustavo, Eduardo, Gogó y Elita que teniendo una cámara consiguieron que Amelia (la mujer de Gustavo) los retratara varios días después en la puerta de la quinta 17 de octubre.

Un abrazo que recibimos emotivamente en el porche de la casa esa mañana fría y lluviosa de febrero, un pedido de que nos cuidáramos, que el futuro era de los jóvenes y una indicación a la custodia para que nos acercara al aeropuerto, que finalmente no fue así ya  que la Guardia Civil solamente nos sacó del barrio y nos indicaron que nos tomáramos un taxi para que ellos pudieran volver a cuidar al general.

Lo de Cuba seguramente se lo explicó Perón a Gustavo a su paso por Madrid y las gafas las debió haber recuperado, porque nosotros no las trajimos.

La advertencia contra Cándido Lopez, único valor de referencia política, me la desarmó pocos días después en el sindicato de farmacia el ex secretario de las 62 organizaciones Jorge Di Pascuale, quien fuera posteriormente asesinado, con un: -Hablando de Cándido, no seas cándido Petrus,  Perón hará tantas alianzas como se las propongan”.

Las cintas las repartimos entre los compañeros para su difusión.

Unas reflexiones finales que hago hoy en 2009 sobre la ideología de Perón.

Nunca leí ni escuche de él manifestaciones antijudías. 

Según escribe Uki Goñi que realizó una investigación profunda y seria en su libro La auténtica ODESSA

-No  comparto la opinión de los que asignan a Perón responsabilidad absoluta  por la llegada de nazis al país. La presencia  de Perón en esta trama, más allá de que su postura en los hechos haya resultado central, es intercambiable. De haber sido otra persona presidente en los años de posguerra, el escape se habría producido igual. Las condiciones para que Argentina actuara de receptáculo de los nazis en fuga precedieron al acceso de Perón al poder. La responsabilidad es compartida por una sociedad que ya antes demostró consonancias con el fascismo y que aún después de la caída de Perón siguió cobijando a los criminales arribados.  

Y contra la idea de que Perón cerró las fronteras a los judíos cuando el preámbulo de nuestra constitución dice está abierta -para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino agregaré con cita también de Uki Goñi que dice -Los ladrillos de este muro habían sido forjados a partir de un simple papel, “la Circular 11” una orden secreta que la Cancillería argentina había enviado en 1938 a todos los cónsules, para que negaran visas a los perseguidos del nazismo que buscaban emigrar a Argentina.

Así fue hasta el 8 de junio de 2005 cuando en una ceremonia en la casa Rosada con la presencia del presidente Néstor Kirchner, la tantas veces negada Circular 11 fue oficialmente reconocida y derogada.

Terminaba una época de discriminación y oprobio del que fueron cómplices todos los gobiernos militares y democráticos desde 1938 hasta 2005.

Y mi reflexión final: Perón y Evita han sido, sin lugar a dudas, los dos personajes políticos mas importantes del siglo 20 para el bienestar, la dignidad y salud del pueblo argentino.

En el seno del movimiento peronista han luchado y muchas veces luchan sangrientamente facciones tan diferentes que en otras épocas sintetizábamos entre los que querían el socialismo nacional y quienes querían el nacional socialismo.

No tengo duda hasta hoy, que con el peronismo como fuerza fundamental y acompañado de otras fuerzas minoritarias se debe construir una fuerza indestructible para derrotar a los personeros de la antipatria, el imperialismo y los explotadores del pueblo.

JM/

N&P: El Correo-e del autor es Jorge Moreno petrusjorge@hotmail.com

NOTA DE LA NAC&POP: Compañero Petru: Lo que escribiste es un hermoso aporte a la parte silenciosa de la militancia tantas veces escondida por intereses de quienes solo intentan monopolizar con historias que le contaron para hacerlas como propia. Me consta todo lo narrado, por haber compartido horas y cárcel con vos, Rearte, Gurrucharri, Faur, Sandoval (torturado y muerto al igual que su compañera). Quiero agregar algo que todos conocemos pero no se lo tiene en cuenta por razones políticas e ideológicas. Terminada la guerra muchos sabios, intelectuales, científicos, Etc. fueron secuestrados por los yanquis, ingleses y rusos. Con el tiempo aparecieron como ciudadanos beneméritos de lo países que le dieron asilo. Así los nazis que fueron a EE.UU. fueron democráticos, los que fueron a Inglaterra súbditos de su majestad, y los que fueron a Rusia fueron camaradas. Solo acusaban a Argentina como el refugio de los nazis, esto era con el único fin de aislarla, y evitar que surja como un país independiente y soberano que le permitiera transformarse en un país competitivo a los intereses del capitalismo. En esto muchos que se decían argentinos y patriotas, desde la propia Argentina ayudaron a que dicha propaganda, entrara a la conciencia, para permitir la entrega. Otro punto que quiero aportar es que en el gobierno de Perón hubo funcionarios judíos, que ayudaron y gravitaron en la planificación política de la Argentina. Mal se puede acusar al peronismo de hacer una política antisemita.  Que después hayan ingresado, como ingresan infiltrándose en todos los partidos, utilizando a los idiotas útiles al imperialismo, es otra cosa. También estos mismos personajes colaboradores directos de todas la dictaduras, que violaron la constitución, la democracia y el voto popular, hoy nos quieren enseñar lo que es la democracia, y a defender la constitución. Son los mismos que aplicaron la política del hambre, la desocupación y el vaciamiento de las industrias que nos hubiesen permitido crecer con un país en serio, soberano y libre. Me falta mucho para agregar, después sigo analizando con más tiempo y con mayor profundidad de pensamiento. HUGO ANDINA LIZARRAGA (TUCUMÁN)hugoandinalizarraga@hotmail.com