15 jul 2013

Qué va a pasar con la economía después de octubre? Por Fernanda Vallejo de La Gran Makro

Qué va a pasar con la economía después de octubre? Se preguntan desde algunas tribunas x estos días. Qué va a pasar con el dólar? Qué va a pasar con el comercio exterior? NO SE ILUSIONEN, MUCHACHOS. NO VA A PASAR NADA. VAMOS A SEGUIR ADELANTE CON UN ESTADO QUE CONDUCE LA ECONOMÍA PARA GARANTIZAR EL CRECIMIENTO Y AVANZAR EN LA INCLUSION PLENA DE TODOS LOS ARGENTINOS. Vayan, al respecto, algunas aclaraciones. Por Fernanda Vallejos

•La Argentina lleva adelante, en materia cambiaria, una política de flotación administrada del tipo de cambio que permite regular el valor del dólar de acuerdo a la evolución de determinados factores, como el contexto externo, de nuestros socios comerciales, o el precio de los bienes de exportación. Es una política que ha probado su eficacia en tanto, a lo largo de la última década (en que se viene aplicando), nuestro Banco Central ha logrado acumular de manera genuina (es decir, por medio de superávits comerciales) un nivel de reservas muy por encima de los niveles históricos, al mismo tiempo que se ha sostenido una fuerte política de desendeudamiento -que comenzó con la ruptura del yugo con el FMI por medio del cual se nos sometía a condicionalidades que limitaban la soberanía nacional en la toma decisiones de política económica- que nos permitió pasar de niveles de deuda (bruta) que representaban el 166.4% de nuestro PBI, en 2002, a menos del 45%, al día de hoy, del cual sólo el 12.8% corresponde a organismos multilaterales y bilaterales (apenas 5.7% del PBI) y el 29.1% se encuentra en manos del sector privado (13.1% del PBI); el resto en poder de agencias del sector público, con un perfil, tanto en su composición, como en cuanto a vencimientos, perfectamente manejable para el país, en contraposición a la asfixia que determinaba el peso de la deuda en décadas pasadas (para todo el 2013 los vencimientos con privados representan apenas el 0.6% del PBI). 


•El tipo de cambio seguirá regido por esta política de flotación administrada.
•En materia de administración del mercado cambiario, es importante mencionar que se trata de una política que está en función de las prioridades estratégicas de la economía argentina, en el sentido de preservar las reservas para, en primer término, hacer posible sostener y profundizar el proceso de reindustrialización nacional. Aquí es fundamental comprender que avanzar en materia de desarrollo industrial es medular para un gobierno que tiene entre sus objetivos primarios la inclusión plena del conjunto de los argentinos a través del trabajo, objetivo que sólo alcanza viabilidad a través de la expansión de la industria, generadora de más y mejores puestos de trabajo. Al mismo tiempo que, en la medida en que no se complete el ciclo de sustitución de importaciones (es un proceso de largo plazo), la adquisición de insumos intermedios y bienes de capital que demanda la expansión de la propia industria (+106% a lo largo de la última década), requiere la disponibilidad de divisas para hacer frente a esas importaciones que necesitamos para seguir creciendo. Por otra parte, continuar con la política de desendeudamiento mencionada más arriba, también hace necesario contar con las divisas para atender ese fin. También resulta estratégico porque esa política ha dotado al país de una doble libertad de la que antes no gozaba. Por un lado, libertad política para tomar nuestras propias decisiones, sin lo cual no hubiera sido posible llevar adelante las políticas heterodoxas, de sostenimiento de la demanda, que han garantizado el robusto crecimiento de nuestra economía a lo largo de todo el ciclo que comienza en 2003 y que hoy -a contramano de lo que ocurre en la mayor parte del mundo y también de lo que pregona desde sus recetarios la oposición, siempre proclive a recortes del gasto público, al ajuste, al "enfriamiento" a la europea- hace posible que la Argentina haya retornando a un sendero de mayor crecimiento (el PBI se expandió al 7% interanual en abril, con 4.1% acumulado en el primer cuatrimestre del año) luego de la desaceleración de 2012 (sólo crecimos 1.9% ese año). Por otro lado, la libertad económica, que ha hecho objetivamente posible sustentar esas políticas con recursos propios, que antes debían destinarse al pago de los compromisos de la deuda.
•En materia de administración del comercio exterior, también debe señalarse que es una política exitosa que nos ha garantizado, en el marco de una profunda crisis internacional -que destruye las economías de los países centrales y determina la desaceleración de los emergentes- mantener, de manera persistente, los superávit comerciales, que son la fuente genuina de las divisas que la economía nacional necesita. Por caso, sólo durante los primeros nueve meses del año pasado se ahorraron 2550 millones de dólares por efecto de esta política (informe graN maKro noviembre 2012) que permitió mantener a la economía nacional alejada de un escenario de restricción externa. En este contexto, donde la continuidad de la crisis internacional determina una menor dinámica de las exportaciones argentinas (mientras todos los motores internos de la demanda están en marcha -durante el primer trimestre creció el consumo privado 6.1%, el consumo público 6.4%, la inversión 1.3%, apuntalada en 4.5% en Equipo Durable de Producción, al tiempo que la construcción creció 7.7% en abril, siendo el 4to mes consecutivo de crecimiento- las exportaciones son el componente de la demanda que cae) debido a la menor demanda externa, al mismo tiempo que posiciona al mercado interno doméstico como un destino propicio para colocar los productos del mundo en crisis, es imperativo sostener las políticas de administración del comercio, que garantizan preservar la industria y el trabajo de los argentinos, tal como lo han hecho a lo largo de la historia (y lo siguen haciendo, y con más énfasis debido a la crisis) todos los países que han logrado desarrollarse en el mundo.
•El análisis objetivo de la realidad, tanto como las mediciones que dan cuenta de la fortaleza de la imagen de la Presidenta y de la gestión de gobierno, indican que el Frente para la Victoria se impondrá en las próximas elecciones. La evolución, más que alentadora, de la economía argentina, que tiene una importante gravitación (si bien no la única) en las decisiones electorales, refuerza esta idea. 
•En este sentido, el resultado electoral no determinará cambios en la orientación de las políticas que se vienen llevando adelante en los últimos 10 años. Que tienen que ver con una conducción política de la economía, con un Estado que interviene en la esfera económica, redistribuye recursos y repara derechos. Con objetivos claros de crecimiento económico, desarrollo industrial, sustitución de importaciones, promoción de exportaciones con mayor valor agregado, inclusión plena y mayor igualdad distributiva. Y que, pese a que desde los múltiples e indiferenciados conglomerados antikirchneristas se vienen mostrando más afectos a las frases de ocasión que a las definiciones, se sabe que están en las antípodas de las prescripciones que, en materia económica, la oposición al gobierno nacional ha hecho públicas: entre ellas, la apuesta a la devaluación del 40% de la moneda doméstica (Federico Sturzenegger, candidato a diputado nacional del PRO), con el consecuente e inmediato impacto contractivo sobre los ingresos de los sectores populares y medios, y recesivo sobre la actividad económica en general, al mismo tiempo que implicaría una transferencia regresiva de ingresos desde las mayorías hacia los sectores que tienen rentas y están posicionados en dólares. O, como Ricardo Delgado, hoy economista de Sergio Massa, que en 2009 fue economista de Francisco de Narváez y que, en aquel momento, sugería la inevitabilidad de volver a endeudarnos con el FMI.