Las distintas organizaciones se nuclean en Unidos y
Organizados. El rol conductor de La Cámpora. El PJ como una herramienta
importante pero no central. Realizarán un nuevo acto, que podría ser en
La Plata.
En el acto realizado en Vélez en abril se lanzó la consigna Unidos y Organizados.
Imagen: Pablo Piovano.
Imagen: Pablo Piovano.
“La pregunta es si Vélez fue un punto de llegada o un punto de
partida. Si decidimos, si decide la Presidenta, que la respuesta es la
segunda, entonces Unidos y Organizados es la consecuencia lógica de
tomar esa opción.” La definición pertenece a un diputado oficialista que
participó de varias de las reuniones en las que, desde hace ya más de
un mes, comenzó a delinearse qué forma tendrá el armado que pretende
conseguir algo que el kirchnerismo no logró en una década: una orgánica
propia que sirva para articular a su alrededor a ese espacio variable y
heterogéneo que es el FpV, desde el PJ hasta otros aliados menores,
desde un lugar de centralidad. Así, en este espacio conviven, bajo la
conducción de La Cámpora, los principales armados políticos del
kirchnerismo, sumados a un puñado de agrupaciones de tipo sindical,
social o cultural, en un esquema de articulación que intentará
replicarse en todos los distritos, con la vista puesta “tácticamente” en
las elecciones de 2013 y 2015 pero que “estratégicamente” proyectan más
allá.
“El que no está en Unidos y Organizados no es kirchnerista”, resume crudamente Quito Aragón, referente de la Corriente Nacional Martín Fierro. Lo cierto es que si se aplica el criterio (muy extendido puertas adentro) de dividir al oficialismo entre “propios” y “aliados”, los unos formarán parte del nuevo armado y los otros quedarán relegados a un rol cada vez más secundario. La idea, justamente, es desplazar al PJ del rol central que ocupa, por default, en la coalición kirchnerista, confía un eximio armador oficialista consultado por este diario. “La Cámpora por su cuenta no tiene el peso específico, como no lo tienen el Evita, Kolina, Nuevo Encuentro o ningún otro espacio –explica–. Ahora, si se logra que todos los espacios que conforman el kirchnerismo articulen en el territorio y hay voluntad política, la correlación de fuerzas ya es otra.”
La siempre tensa relación que el kirchnerismo mantuvo con el justicialismo desde el 2003 no es un tema menor a la hora de encarar un armado de estas características. “El PJ es un partido político, una herramienta política más dentro del kirchnerismo. Una muy importante, claro, pero hoy en día no es la central”, asegura Aragón. “Por ahora, el peronismo está fuera del esquema. Lo que pase en adelante dependerá de varias cosas, principalmente de cómo evolucione la relación con Scioli”, señala un legislador del FpV que también conoce las internas justicialistas. De todas formas, varios dirigentes que forman parte o provienen del PJ, entre ellos varios intendentes y gobernadores, participan o se interesan por el armado de Unidos y Organizados.
El punto de partida
Las reuniones entre distintos sectores que precedieron al acto de Vélez fue el caldo en el que se comenzó a incubar la idea de darle una vuelta de tuerca al variopinto universo kirchnerista que sirviera para coordinar a toda la tropa propia bajo un mismo paraguas. “Vélez arrojó como saldo la necesidad de articulaciones mayores. Tuvo un valor simbólico pero también uno organizativo”, explica Héctor “el Gallego” González, secretario general de Peronismo Militante. No era el primer intento de avanzar en ese sentido pero todas las veces anteriores habían fracasado. “Lo que hay ahora es que nadie discute el rol conductor que tiene La Cámpora, y eso ayuda a acomodar el resto de las piezas”, reconocen desde otros espacios, rememorando otras experiencias, en las que la falta de un liderazgo claro en el que, además, se sintieran reflejados todos los interlocutores, atentó contra la organización. Así, el núcleo duro de las organizaciones que convocaron el 27 de abril comenzaron, poco después, a mantener una serie de reuniones para cumplir con el mandato que había dado la Presidenta esa tarde: unirse y organizarse.Así, La Cámpora, el Movimiento Evita, Kolina, la Martín Fierro, la Corriente Nacional Peronista, la Corriente de la Militancia, Peronismo Militante, Nuevo Encuentro, el MILES de Luis D’Elía, el Partido Comunista Congreso Extraordinario, el Frente Transversal que lidera Edgardo Depetris y la CTA que responde a Hugo Yasky, entre otros espacios, continuaron con los encuentros después del acto de Vélez, primero a nivel nacional, pero pronto bajando al territorio, donde estará el trabajo fino. “Que todos apoyamos a Cristina está claro, lo complicado será llegar a acuerdos en cada distrito: allí es donde afloran las diferencias”, explica un testigo de esos encuentros. En algunos lugares Unidos y Organizados ya salió al ruedo: es el caso de Córdoba, donde la mesa local firmó un comunicado la semana pasada repudiando la represión del gobierno local sobre trabajadores estatales durante una protesta.
Hay algo en lo que sí coinciden todas las partes en juego, “hay que pensar más allá de lo electoral” porque esa es la única forma de superar las diferencias. Después se verán las herramientas con las que saldarán los debates más coyunturales. La misión, encomendada por Cristina Fernández de Kirchner, es armar una estructura que se proyecte hacia el futuro, mucho más allá del final de este período presidencial. “El 2013 y el 2015 son momentos tácticos, citas que uno no puede eludir, pero esto va a tomar valor estratégico si podemos proyectarlo más allá, si lo ponemos en perspectiva estratégica para pensar en sostener el modelo nacional y popular, que es lo que necesita la Nación”, plantea González. El objetivo, señala, es “pensar cómo llega la Argentina a la mitad del siglo XXI”. Pero, de a una cosa por vez, los organizadores ya están abocados a armar, para los próximos meses, un nuevo acto multitudinario que replique lo que sucedió en Vélez en abril. Aunque no haya todavía nada confirmado, se menciona como posible locación el Estadio Unico de La Plata, nada más y nada menos que el pago chico de Daniel Scioli.