Entrevista a Mark Weisbrot
El especialista estadounidense también criticó a quienes atribuyen al “viento de cola” de los commodities el crecimiento argentino de los últimos años. “El éxito de ustedes durante la última década muestra que la inversión extranjera no es tan esencial”, dijo.
De clara perspectiva heterodoxa, Mark Weisbrot constituye una rara avis dentro de la académica económica estadounidense. Estudioso de los procesos sociales y económicos en Latinoamérica, Weisbrot dirige un centro de estudios en Washington, a la vez que es columnista habitual de los principales medios de comunicación de los Estados Unidos. |
–Ciertas políticas como el canje de deuda o más cerca en el
tiempo la nacionalización de YPF tienen como contrapartida un discurso
del establishment donde se las cataloga de medidas populistas que alejan
la inversión extranjera. ¿Cómo percibe ese debate?
–Creo que la mayoría de los inversores tiene una visión de futuro,
es decir, no son tan ideológicos como pueden serlo algunos economistas o
periodistas. Yo me pregunto: ¿cuáles son las probabilidades de que
cualquier inversor en Argentina sea expropiado? Muy pocas. En este
sentido, Argentina no se diferencia de otros países de la región o del
mundo. En términos de riesgo, si estamos hablando de inversión
extranjera directa, es muy pequeño, realmente trivial si lo comparamos
con el que los inversores enfrentan con respecto a los precios o la
demanda de sus productos. Además, el éxito de la Argentina durante la
última década muestra que la inversión extranjera no es tan esencial
como a menudo se la interpreta: puede ser de gran ayuda si se la utiliza
correctamente, pero hay también muchos ejemplos históricos de
desarrollos exitosos que no dependieron demasiado de la inversión
extranjera directa, tal como sucedió con Corea del Sur y Japón.
–Muchas actividades económicas, como el caso de las
operaciones inmobiliarias o el turismo, operan mayormente con dólares.
¿Es sustentable esta “cultura bimonetaria”?
–Hay un número de economías latinoamericanas con diferentes grados
de dolarización. Desde mi perspectiva, es algo que debe reducirse. Con
el tiempo, el gobierno debería ser capaz de reducir el uso del dólar al
interior de Argentina, cuando la gente comience a darse cuenta que el
peso es una moneda relativamente estable como reserva de valor. En
Bolivia, por ejemplo, el uso de dólares en el ahorro interno y las
transacciones se ha reducido considerablemente durante la administración
del presidente Evo Morales.
–¿Cuál es el mejor camino para enfrentar la inflación en Argentina?
–La inflación en Argentina obedece principalmente a problemas del
lado de la oferta, se puede reducir en el tiempo incrementando la
productividad y la competición en algunas áreas donde hay demasiado
poder monopólico. Creo que el gobierno ha hecho lo correcto al no tratar
de reducir la inflación a través de la receta neoliberal, esto es,
empujando a la economía a una recesión.
–Tras el colapso de la Convertibilidad, la economía
argentina creció a altas tasas, incluso pudo sortear el impacto de la
crisis internacional de 2008. Los críticos se lo atribuyen en gran
medida a los altos precios de los commodities que exporta el país. ¿Cuál
es su visión?
–La Argentina ha sido una de las economías de más rápido
crecimiento en el hemisferio durante la última década. Ha sido muy
exitosa en casi cualquier medida económica así como en materia de
indicadores sociales: redujo la pobreza en dos tercios, y la extrema
pobreza en más de un 75%, y estoy usando las estadísticas del Banco
Mundial y no las mediciones del gobierno, las cuales muestran una
reducción aun mayor. Ahora bien, este éxito tiene muy poco que ver con
los precios de los commodities. Durante esta expansión, las
exportaciones de commodities no crecieron en términos de porcentajes del
Producto Bruto Interno. Cualquiera que esté familiarizado con los datos
económicos debería saberlo.
–¿Qué papel jugó la reestructuración de la deuda?
–La reducción de la deuda a niveles sustentables fue un hecho muy
importante en la recuperación de Argentina. Grecia todavía no ha
procedido así, pero lo más probable es que deba hacerlo pronto.
–A pesar de que el sistema financiero internacional tuvo
una parte sustancial de la responsabilidad por la crisis de 2008, a
cuatro años el poder que detentan las finanzas no ha sido modificado.
¿Está de acuerdo?
–A nivel global sí, eso es correcto, el sector financiero en la
economía mundial continúa tan grande y poderoso como siempre. Sin
embargo, se trata de un problema político: los gobiernos pueden
controlar al sector financiero en lugar de que este sea quien controle a
los gobiernos. En China, por ejemplo, el gobierno controla al sector
financiero. Por supuesto, esto también puede hacerse en el contexto de
una democracia, a través de una adecuada regulación. <
La clave
LORENZINO Y WEISBROT
El ministro Hernán Lorenzino y el embajador en los Estados Unidos,
Jorge Argüello, presentarán hoy el libro La Argentina y el default de
2001: mitos y realidades, en la Embajada argentina en Washington.
Weisbrot, codirector del Centro de Investigación de Políticas y
Economías, participará del evento.