16 ago 2011

Los festejos por el triunfo y las tres burbujas Por Lido Iacomini

Hemos festejado. Hemos sentido un hondo alivio y también una profunda alegría. Hemos festejado con nuestros seres más queridos, con nuestros compañeros, con nuestros queridos compañeros; personalmente, por teléfono, por mail, como hemos podido o como se ha cuadrado. Hemos festejado con vino, con champagne, con un habano o con gaseosa. Donde hemos querido o donde nos hemos encontrado. Pero hemos festejado.

Por aquellos y con aquellos por los que siempre decimos ¡presente! Porque son los que mas lo merecen y le dan sentido a la emoción. Porque nuestro juramento, secreto o incluso inconciente, lo impone. Por quienes no alcanzaron a ver esta patria en camino. Por nuestros padres, ya casi sin importar donde estuvieron ubicados.  Por nuestros hijos, no importa casi donde estén porque están. Por nuestros maridos, esposas, amantes, ex, actuales o futuros. Por los que vendrán merecedores de la vida.


Festejamos, festejemos, un triunfo de estos se debe expandir y no se debe desperdiciar. Seguro todos, alguna vez, nos hemos arrepentido de no haber valorado suficientemente algo, un gesto, un momento, tal vez una palabra, que con el paso del tiempo nos pareció irrepetible. Este es uno de esos momentos, de esos gestos colectivos. Porque si somos capaces de valorar este 50 y pico por ciento, seremos capaces de  contribuir a no desperdiciar esta oportunidad histórica en que otra puerta se abre hacia un futuro mejor. Y a exigir ese futuro mejor.

Imaginemos a Cristina, hasta ese momento golpeada por la vida y denigrada por los enemigos, aunque fuerte con convicción y esperanza. ¡Ese 50 y pico por ciento….!

Peor hubo tres burbujas y es sano observarlas. En el segundo párrafo dije: “Hemos sentido un hondo alivio….”, porque estábamos temerosos, y hasta angustiados, con miedo a estar por debajo del 40% y que la perspectiva de ballotage nos hiciera trastabillar en el sendero de la continuidad del proyecto nacional. Aun los optimistas, los mas confiados, no pudieron sustraerse del triplete nefasto: la atmósfera capitalina enturbiada por 4 años más de Macri tras una derrota pareciera sin atenuantes, el cachetazo que Del Sel le pegó a la “revalorización de la política” y su renacida dignidad y finalmente un tortuoso y equívoco triunfo en Córdoba, agregando inquietudes a considerar.

Pero…llegó el momento de la verdad y hay que reconocer que en nuestras cabezas hubo cierta desconfianza en el pueblo argentino, porque no palpamos bien la realidad. Sobre todo los porteños que vivimos en un microclima, obnubilados quizás por el poderío de los medios en su masticación sobre la cabeza de nuestra clase media y no recordamos ni valoramos suficientemente la explosión popular con motivo de los festejos del Bicentenario. Eso marcaba el rumbo de la actitud popular. ¡! Estuvimos en una burbuja ¡!

Por su parte la oposición vociferante y crispada se ratoneó con la imagen auto construida de una Cristina desguarnecida que este domingo iniciaba su retirada. Macri, Del Sel y Duhalde se lo aseguraban mientras Morales Solá, Grondona y Magnetto lo fundamentaban. Las primarias eran un error del gobierno porque creaban las condiciones para la anhelada unidad de la oposición, una especie de preballotage donde el segundo encontraría su gran oportunidad. ¡Menudo chasco!  ¡! Vivían en otra burbuja !!

La fabricación del relato elemental alrededor de las ambiciones hegemónicas del grupo gubernamental y de la figura odiosa y de una perfidia dictatorial de la presidenta, fue tan persistentemente difundida que la saturación contribuyó para que se impusiera la realidad. Incluso la Cristina incapacitada y desguarnecida, imagen difundida por los medios concentrados, estaba siendo atacada con demasiada saña. La reacción popular fue salir a respaldarla. Pareciera que eso fue lo que motivó la alta participación en esta elección. Cristina “necesitaba” el apoyo y el afecto popular y el pueblo se lo entregó. ¡!! Los grandes medios vivieron en otra burbuja!!!

Sin despreciar lo que este triunfo rotundo significa en la perspectiva electoral de octubre, que resolvería no sólo la reelección sino la mayoría en el Congreso, creo que la dimensión trasciende el hecho electoral. Las condiciones para el afianzamiento de un liderazgo del movimiento nacional y popular  parecieran estar dadas. Una lectura detenida de la extensión del voto incluso en las áreas “agrarias” permite dimensionar el cambio cualitativo en la correlación de fuerzas sociales entre el gobierno nacional y las desorientadas “tropas” adversarias. No se puede perder la oportunidad que con el nuevo gobierno y el nuevo parlamento, en un nuevo clima social tenemos de pasar a efectivamente profundizar el rumbo hacia una mayor equidad social, un redoblado fortalecimiento y democratización del papel del Estado y nuevos niveles de autonomía nacional.

Por ahora, todavía podemos aprovechar y festejar. Nos dará fuerzas y alegrías para lo que falta acumular.
Lido Iacomini – 15-08-11