8 may 2011

La muerte es mortal e inmortal Por Orlando Barone

No es cierto que no haya pensadores ni pensamientos capaces de pensar mejor que el Gobierno. Los hay. A continuación reproduciré uno fresco, pensado en la Feria del Libro por el pensante político Carlos Pagni quien enumeró cuatro razones por las cuales Cristina Fernández se presentará a las elecciones. Son a saber: “l) porque como Néstor Kirchner perdió en 2009, el oficialismo no querría ser recordado por la historia por la derrota sin intentar superarla. 2) Porque no se imagina a Cristina sin la tarea presidencial y porque es probable que ella trabaje para “no deprimirse”. 3) Porque no hay candidato que consolide el poder como lo hace ella. “¿Quién podría reunir a las Madres de Plaza de Mayo y al mismo tiempo a Capitanich matando tobas?” 4) Porque con la pelea con los intendentes bonaerenses es evidente que se está  montando una ingeniería política para ganar”.
Y, claro, pensador Pagni no se va a estar montando para perder. Además una pregunta: ¿Con  qué mata Capitanich a los tobas? ¿Con Remington como Buffalo Bill mataba en los western a los apaches, o los mata en criollo con boleadoras? En cuanto a que la Presidenta trabaja para no deprimirse es un supuesto psicologista que podría trastocarse en este otro: ¿y si trabaja para construir una sociedad más justa donde los pensadores de la oposición sean pensadores y no digan tantas pelotudeces?

¿O no es una pelotudez insigne, pensador Pagni, decir que Cristina se va a presentar a las elecciones porque no hay otro candidato que consolide el poder mejor que ella? Es como decir que Messi es el mejor jugador porque no hay otro que sea mejor jugador que él. Al menos, otra pensadora que sí cree ser la mejor pensadora es Beatriz Sarlo que hasta ser como Vargas Llosa no para, si es que le alcanza el talento. Dijo ella en Enfoques, en respuesta a  un periodista de La Nación: “No, no creo ser gorila. Si me comparo con Marcos Aguinis, Juan José Sebreli y Santiago Kovadloff tengo que pedir la ficha de afiliación”. Como se ve, también entre gorilas hay lucha de clases.
Y la hay entre neuronas creativas de cerebros de periodistas. El lunes 2 de mayo en la tapa del primer número del diario Libre se lee en letras tamaño escándalo: “Osama Fin Laden”. Al día siguiente, el martes, Página/12 titula en tapa. “¿Fin Laden?”.
Creo que fue Carl Gustav Jung quien dijo:“Todos nacemos originales y morimos copias”. Si es cierto lo que sentencia Jung, el periodismo es una copia muerta. Usar el carbónico es más cómodo que proponerse ser original sin tener la autorización de Oscar Wilde, Groucho Marx y Bernard Shaw. Y ni siquiera la de Miguel del Sel.
La originalidad es tan original que es muy difícil originarla. En el asesinato a Bin o Ben Laden (¿Es un asesinato, no? El significado de asesinar es “matar a una persona con premeditación y alevosía”). Sí, correcto. Fue exactamente eso. El planteo sería si hay asesinatos justos, justicieros y justificados. También se me plantea una duda acerca de José Pablo Feimann. En su libro El Flaco, diálogos irreverentes con Néstor Kirchner, uno de los dos dialogantes ha muerto, no está para confirmar si lo que se pone en su boca es lo que él dijo o si lo que no se pone en su boca es porque fue suprimido. Se trata de un diálogo entre dos vivos que fue reproducido cuando uno de ellos ya estaba ausente. Feinmann es un escritor y hombre confiable. No obstante el pacto entre el lector y el libro es un acto de Fe. No hay que sorprenderse, también lo son los Diálogos de Platón sobre su maestro Sócrates.
En el caso de mi libro Diálogos Borges-Sabato” (1976) cada uno de ellos verificó o corrigió en los borradores sus partes y a su vez verificó las de la contraparte. Borges y Sabato estaban vivos a la salida de las primeras ediciones del libro. Si a mí se me ocurriera -¿y por qué no?- escribir ahora un libro titulado: Lo que no se dijo en los Diálogos, tendría la libertad de hacerlo pero el lector tendría que leerlo en un acto de Fe. Porque ya ni Borges ni Sabato podrían desmentirme ni confirmarme. A días de haber sido enterrado y despedido, Sabato se merece mi breve homenaje en esta crónica: “Chau, maestro. No sé si aprobaría mi posición en esta encrucijada política, pero no importa. Usted tiene razón aunque disienta de la mía”.  
En medio del suceso por la muerte, o por la presunta o dudosa o incierta o definitiva muerte del líder de Al Qaeda, oí que alguien le decía al otro: “Tenían una casa moderna de casi media manzana y no tenían teléfono ni Internet. ¿Cómo no iba a resultar sospechosa?”. Y el otro le contesta: “Bueno, pero si la casa de Bin Laden hubiera tenido teléfono e Internet lo hubieran descubierto enseguida”. Cartesianismo puro. Como el periodismo que quiere inventar Jorge Fontevecchia. Escuchen lo que dijo en su discurso en Adepa: “A lo que llaman periodismo militante no se le debe contraponer periodismo beligerante, sino periodismo puro”. Y acaba de lanzar el diario Libre, enteramente libre de pureza. Fontevecchia nos muestra la Biblia mientras escupe en la santa misa. Clarín lanzó  Muy, un diario también puro. Le dedica una página a este tema: “Randazzo se viste de etiqueta”. Nos alerta acerca de que el ministro del Interior (el mismo que lidió y al fin llegó a un acuerdo con los pueblos originarios que reclaman tierras en Formosa) gasta guita a lo loco en trajes y camisas fashion de la marca Etiqueta negra. Para mí que Randazzo es menemista. Jorge Lanata, no. Es universal. Escribe como para dar envidia a tantos periodistas de barrio. En una crónica en el nuevo diario de Fontevecchia cuenta acerca de que su amigo Martín Caparrós tuvo un preinfarto ya superado. “¡Somatisaste el peronismo, Caparrós!”,  bromea Lanata. Y enseguida se pregunta a sí mismo: “¿A qué edad dejé de ser inmortal? ¿Desde cuándo siento que vivir es tan definitivo como morirse? Mañana viajamos a Nepal. Dicen que allí vive gente sin respuestas”.
¡Oh Nepal! El Himalaya, el Everest, Katmandú, bosques de rododendros y de orquídeas, leopardos de las nieves y tigres de bengala; templos tibetanos, platos exóticos con toques de lagartos o de yak, se me hace gourmet la lengua. Por tipos como vos, Lanata, sigue habiendo tantos jóvenes que quieren ser periodistas.
http://www.revistadebate.com.ar/2011/05/06/3928.php