13 sept 2010

El Congreso empieza a tratar la Carta Orgánica del Banco Central Por Mariano Beristain

Una herramienta clave para la política económica productiva

El proyecto que redactó Mercedes Marcó del Pont ingresará a Diputados la semana próxima. Prevé un giro de 180° en el rol del BCRA, que dejará de ser el house organ del neoliberalismo. Heller presentará una propuesta más amplia.
La semana próxima, finalmente, ingresará en la Cámara de Diputados un proyecto clave para modificar la raíz neoliberal y ortodoxa de la economía argentina: la modificación del espíritu de la Carta Orgánica del Banco Central. Además, dentro de los próximos 15 días, se presentará en sociedad una propuesta que ideó el diputado por Nuevo Encuentro Popular y Solidario, Carlos Heller, que se orienta en el mismo sentido pero aparece como más abarcativa.
Pese a que la iniciativa de cambio que redactó la actual titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, y que fogonea el diputado justicialista Héctor Recalde, sólo prevé la alteración del artículo 3, los expertos coinciden  en afirmar que se trata de un cambio sustantivo para garantizar el fortalecimiento de la política económica productiva.
El artículo 3 de la Ley 24.144 correspondiente a la actual Carta Orgánica reza textualmente: “Es misión primaria y fundamental del Banco Central de la República Argentina preservar el valor de la moneda.” El texto de la normativa que rige hoy fue sancionado el 23 de septiembre de 1992, en pleno reverdecer de las políticas neoliberales que habían alcanzado su máximo esplendor en la dictadura militar. El entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, aprovechó un contexto de crisis económica para entregar al Congreso un proyecto casi cerrado cuyo  objeto fue que el Banco Central fuera un ente autista, que asegurara la perpetuidad de la paridad cambiaria con el dólar que fue conocida como Convertibilidad.
La reforma del artículo 3 de la Carta Orgánica es tan importante que mereció por parte de los economistas del Plan Fénix la redacción de un informe especial, que se publicó el 3 de julio del 2007, y que apoyó la iniciativa presentada por la por entonces también diputada oficialista Marcó del Pont. “La actual redacción de la Carta Orgánica propone como misión primaria y fundamental la defensa de la moneda, sin atender a otras cuestiones esenciales que derivan de la política monetaria tales como el empleo de los factores de la producción; una variable (...) que está estrechamente vinculada con el mantenimiento de un tipo de cambio competitivo”, señalaron los economistas del Plan Fénix. Coherente con su visión, el economista y fundador del grupo, Aldo Ferrer, explicó que “se trata de un cambio estructural porque está al servicio del cambio en la política económica”. La propuesta Del Pont-Recalde ya cosechó algunos apoyos claves. La semana pasada, la titular del BCRA conversó con el influyente titular de la CGT, Hugo Moyano, quien le dio su visto bueno. De hecho, Moyano la va a anunciar, acompañado por Recalde, en la reunión del Consejo Directivo de la CGT, que tendrá lugar mañana en la calle Azopardo. El diputado Carlos Heller, un hombre cercano al oficialismo, concuerda con el eje central que propone del Pont, pero cree que cualquier reforma debe apuntar a una modificación más sustancial. Heller se dio un plazo de dos semanas para terminar con la “letra fina” y  formalizar la presentación de una una iniciativa “más profunda”.
“Creemos que la discusión de la Carta Orgánica tiene que ser más amplia. Este o cualquier Poder Ejecutivo necesita un Banco Central que apoye las políticas públicas”, anticipó Heller a Tiempo Argentino. El proyecto de reforma de Nuevo Encuentro tiene cuatro puntos neurálgicos. El primero es la modificación del artículo 3 que coincide con la visión de la propuesta oficial, es decir, amplía la potestad del Central, incluyendo en su misión primaria la de impulsar el empleo y la producción.  En segundo lugar, le concede al Banco Central el papel de agente financiero del Estado, uno de los puntos que más malestar despierta en las filas ortodoxas de la economía argentina. Por último, le otorga al Central la factibilidad de entregar redescuentos para fomentar la producción, lo que favorecería la dinamización de las economías regionales y de aquellas provincias de menor nivel de desarrollo. Por otra parte, también permitirá avanzar en una reducción de dos o tres puntos de los encajes (las reservas de dinero legal que los bancos mantienen en su caja y en el BCRA para atender a la demanda de efectivo) a cambio de que el banco beneficiado lo utilice para impulsar algún segmento de la economía. <
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