29 jun 2010

Ni para espiar sirven Por Jorge Giles


Jorge Giles
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde las elecciones del 28 de junio de 2009.
Hace un año apenas, la derecha opositora afirmaba que el ciclo kirchnerista había terminado, que se respiraba un clima de fin de época, que el gobierno era un nuevo "pato rengo", que se adelantarían las elecciones, que ahora vendrían por todo y… bla-bla-bla.
¿Se acuerdan de aquel palabrerío?
"Es nuestro desembarco en Normandía", se escuchó gritar entonces a una eufórica y siempre bronceada diputada.
Y al final, no fue ni el desembarco de la tía.
Entraron en tropel y al galope al Parlamento, llevándose todo por delante, las bancas, las comisiones; era el festín de los iluminados, una orgía "grecorromana" en un desierto de ideas; "toma esta presidencia ¿te gusta?, Pero dame esta otra", eran los debates de alta sociedad que intercambiaban en los pasillos, los derechistas de paladar negro y cuasi derechistas y cuasi izquierdistas, todos enredados en el mismo lodo. Cristina y Néstor Kirchner se presentaron en público y dijeron: "perdimos en la provincia por un milímetro, ganamos en el total del país, la lucha por la justicia social sigue en pie"

Y siguieron trabajando en medio de la furia opositora.

No bajaron los brazos sino por el contrario, sostuvieron la caldera encendida y echándole más leña.

Entendieron que el mensaje del voto popular era a favor de profundizar el modelo, sin retroceder en las conquistas alcanzadas.

La convicción en el proyecto nacional y popular fue la base de todo.

Es muy larga la lista de medidas implementadas desde entonces.

Como muestra valen mencionar: la Asignación Universal por Hijo, el Programa "Argentina Trabaja", el mayor presupuesto de educación de la historia, la unidad latinoamericana y la presidencia de Néstor Kirchner en la UNASUR, la sanción de la Ley de Medios de la democracia, el esclarecimiento de la matriz espuria de Papel Prensa ( que es el núcleo duro del monopolio mediático), el Fútbol para Todos, la convocatoria y organización de los Festejos del Bicentenario, la recuperación de nuevas fuentes de empleo y el freno a despidos masivos, las políticas de fomento a las pequeñas y medianas industrias, la movilidad jubilatoria, el regreso de científicos argentinos al país, el canje exitoso de la deuda externa, el nivel récord en las reservas, el nombramiento de Mercedes Marcó del Pont en la presidencia del Banco Central luego de desalojar a la oposición, el superávit fiscal y comercial…y todo en medio de dos frentes de tormenta: La que venía de la crisis internacional y la de cabotaje encarnada por los continuos bombardeos mediáticos de Clarín y su representación parlamentaria.

Agotada la ofensiva opositora, deshecha la infantería legislativa del autoproclamado "Grupo A", vacíos de ideas y propuestas superadoras, terminaron transformando ese ejercito fantasma en múltiples "agencias de detectives".

Es en este marco que la oposición parlamentaria pergeñó la maniobra con el embajador Sadou queriendo correr con la vaina al gobierno desde los titulares de Clarín escritos probablemente mucho antes de producirse la declaración "secreta" frente a los diputados.

La línea de fuego contra la relación soberana entre Argentina y Venezuela, es parte de una operación política que intenta desbaratar la creciente y sólida unidad de América Latina.

El canciller Timerman, la diputada Juliana Di Tullio, el jefe del Bloque Agustín Rossi, todos los legisladores del oficialismo piden por estas horas que se hagan pública las supuestas denuncias y que se presenten ante la justicia directamente.

Y aquí es donde la oposición vuelve a embarrarse en su propio "enchastro", como diría un antiguo filósofo rural.

¿Por qué se niegan a difundir la verdad? ¿O son mentiras lo que Clarín dice que dijo el embajador?

A falta de proyectos, no está mal que los opositores se dediquen a investigar y denunciar ante la Justicia.

Lo que está mal es que sean tan mediocres como políticos y lo sigan siendo ahora como aprendices de sabuesos. 
http://www.elargentino.com/nota-96708-Ni-para-espiar-sirven.html