1 sept 2009

EL IMPERIO MEDIÁTICO Por Octavio Quintero

De la libertad de opinión como adulación al Poder. De la libertad de expresión como autocensura convenida.

Hace muchos años, don Ramón de Campoamor nos legó un pensamiento que viene bien a la intención de esta reflexión que me propongo exponer.
Decía que en este mundo traidor, nada hay verdad ni mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira.
Hoy en día, el grueso de la información nacional e internacional dominada por empresas periodísticas internacionales, entroncadas ellas mismas con multinacionales de diversas ramas económicas, nos llega obviamente condicionada a los intereses del trust de las comunicaciones. Eso ha llevado a ilustres pensadores a situarnos en la era de la información y a ubicar a la prensa en el primer lugar de los poderes estatales, valga decir, por encima del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Podríamos asegurar con alto porcentaje de acierto, que nadie funda un medio en el afán de informar veraz e imparcialmente a la sociedad, sino en su afán particular de divulgar sus ideas y socializar, como se dice hoy en día, su opinión, ésta que por naturaleza se configura de su más profunda subjetividad.
Si esto nos ha quedado claro, podemos ahora entender la lucha mediática que se libra en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Nicaragua, Honduras y demás países, como últimamente Argentina, que intentan zafarse del modelo neoliberal a ultranza; o la lucha que algunos damos en Colombia contra los medios oficialistas y oficiales de hecho y por conveniencia.
Y presten atención, para que nos demos cuenta de que efectivamente todo depende del color del cristal con que se mire: las pataletas de Chávez no serían tan estridentes ni el silencio de Estados Unidos tan profundo, si el golpe de Estado no hubiera sido contra el gobierno democrático de Zelaya sino contra el gobierno democrático de Uribe.
http://www.argenpress.info/2009/08/el-imperio-mediatico.html