Money, money, money. El diálogo conducido por Florencio Randazzo tiene sus bemoles. La oposición se cobra años de abstinencia sin entrar en Balcarce 50 y acumula una agenda interminable, ambiciosa, barroca. Ningún gobierno puede (ni debe) conducir el país con el programa de otras fuerzas, más exótico e inalcanzable es que lo haga en base a un conjunto de demandas yuxtapuestas o eventualmente contradictorias. La finalidad del ejercicio es recobrar interlocución, disipar resquemores en dosis homeopáticas, ir armando trama de relaciones.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/128642-41349-2009-07-22.html